CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO

En estos tiempos de hipócrita corrección política en que el Ministerio de Igualdad propone modificar los tradicionales cuentos infantiles para ajustarlos a estereotipos menos dañinos, recomendamos la lectura de uno de los cuentos más perversos e incorrectos jamás escritos. Una saga en la que, de enfrentarla a la gran saga fantástica de Tolkien (con la que poco o nada tiene que ver), nos daría a un Bilbo Bolsón lascivo y manipulador o a un Gandalf proxeneta dispuesto a clavarnos un puñal en cuanto le diésemos la espalda. Canción de Hielo y Fuego es el hermano malo de la literatura fantástica, una joya adictiva que contiene altas dosis de intriga palaciega teñida de batallas por el poder, honor y mezquindad, amor y sumisión, incesto y zombis. Con un estilo realista que contrasta con el tono tradicionalmente fantástico del género de capa y espada, el autor George R. R. Martin consigue reproducir las edades medias (y en concreto la histórica Guerra de las dos Rosas) con multitud de personajes que se nos antojan como un puzle inabarcable que va tomando forma y sentido a medida que la trama te atrapa, seduciendo al lector con protagonistas complejos que se salen de los estereotipos, como reyes idiotas borrachos de poder, héroes bastardos y princesas maltratadas por sus príncipes azules. Cada capítulo tiene el don de engancharnos y desear más, técnica que Martin aprendió en su etapa como guionista de series de tv. De hecho la obra tiene el aroma de las mejores series. De siete volúmenes por ahora se han publicado cuatro, y el lento ritmo del autor augura una larga espera (pasaron cinco años entre el tercer y cuarto volumen, Tormenta de Espadas y Festín de Cuervos). La serie ya cuenta con innumerables seguidores en todo el mundo, y promete convertirse en una epidemia cuando la prestigiosa productora HBO (Los Soprano, Deadwood) realice su inminente primera temporada de la serie, adaptando el primer volumen de la saga, Juego de Tronos. Juegos de rol, comics, precuelas y demás parafernalia prometen dar a esta saga el lugar que merece, en el Olimpo de La literatura fantástica.

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