KEITH MOON

La sabiduría de los antiguos les hizo discernir una división necesaria para el orden y buen funcionamiento del sistema social. Dividirían el año en meses apolíneos, dedicados a la razón y el orden, al cultivo de lo correcto, y meses epicúreos, consagrados a la exaltación de lo mundano, al culto al placer y lo terreno. Venecia, una nación que pasó mil años sin guerras, supo trasladar ese orden gracias a la invención del carnaval, donde durante tres meses se preparaba, realizaba y descansaba de un baile agotador de máscaras y todo tipo de desenfrenos. Estas catarsis sociales, donde las reglas de lo establecido perdían su sentido para dejar paso a lo prohibido, eran una necesaria válvula de escape de las poblaciones. Y como dice el dicho, ningún hombre es una isla, así ocurre con tantos adoradores de Apolo que tras una vida dedicada al orden se levantan una mañana y van con un rifle al McDonalds más cercano o masacran con silenciosa crueldad a toda su familia, ante el estupor de sus vecinos cercanos. Y luego está el caso contrario, claro. Sin ser tan común, hay seres dedicados enteramente al culto a Epícuro, como el caso que nos ocupa. Esta semana se cumple el treinta aniversario de la desaparición de uno de los personajes más dementes y excéntricos que ha dado la escena, ya de por sí demente y excéntrica, del rock'n'roll. Keith Moon, batería de uno de los mejores grupos de rock de todos los tiempos, The Who, pasará a la historia por ser uno de los mejores músicos de todos los tiempos. Y también por ser un lunático incontrolable cuyas hazañas son incontables. Hazañas que finalmente se lo llevaron de este mundo. El 7 de Septiembre de 1978 ingirió 32 pastillas de un medicamento para alcohólicos.
Moon pasaría a la fama por ser el batería de uno de los grupos puntales del rock. Y su actitud vital, hiperactiva y autodestructiva, era perfecta para The Who, que con su actitud y estilo querían demostrar que eran el grupo más ruidoso y rompedor de la historia. Frente al estilo callado y casi autista de John Entwistle, uno de los mejores bajistas de la historia, y el estilo folclórico del vocalista Roger Daltrey, con sus piruetas con el micrófono, Pete Townsend y Moon se dedicaban a destrozar sus instrumentos, en un ejercicio catártico que hacía las delicias de la audiencia.



Pero Moon es particularmente recordado por sus gamberradas y batallas fuera del escenario. Uno de los mayores bebedores del Rock, formaba un siniestro trío de alcohólicos junto a sus amigos Ringo Starr y Harry Nilsson. Las sustancias con que Moon llenaba su cuerpo, mezcladas con su personalidad bizarra, generaban una explosiva mezcla. Maestro de la charada, a Keith le encantaba aparecer disfrazado (solía disfrazarse de Papa antes de entrar en su club de alcohólicos) y hacer mucho ruido en cada una de sus apariciones, llegando al nivel de ser precedido por su fama y tener que superar su propia leyenda destructiva en cada nueva aparición. La cadena hotelera Holiday Inn llegó a negar la entrada de forma vitalicia a The Who en sus hoteles debido a los excesos de Moon, habituado a lanzar muebles desde las ventanas y destrozar de todos los modos imaginables las habitaciones, tanto de hoteles como de casas ajenas y propias. Entre las muchas leyendas urbanas que rondan en torno a Keith está el haber metido un Rolls Royce en su piscina o cómo destrozaba los inodoros poniendo petardos. En una ocasión, habiendo abandonado ya su hotel, hizo volver a la limusina diciendo que había olvidado algo. Al regresar, subió a la habitación y tiró el televisor enchufado desde la ventana a la piscina. Seguidamente bajó, subió a la limusina y dijo: "por poco se me olvida". El consumo de tranquilizantes mezclados con alcohol a nivel masivo acabaron por mermar las capacidades interpretativas de Keith. En un concierto de 1973 Pete tuvo que buscar a un batería entre el público que sustituyera a Moon. Su mujer quiso llevar al batería a una clínica para que se rehabilitara de sus muchas adicciones, pero los doctores lo dieron por imposible cuando vieron qué desayunaba: champagne y coñac Courvoisier. Moon era demasiado extremo para esta vida, y acabó consumiendo su existencia dejando un legado musical impresionante y una leyenda turbia pero muy divertida, que incluso inspiró el personaje de Animal, el batería salvaje y encadenado de los Teleñecos. Si finalmente no siguen mi consejo y deciden invitar a Moon a cenar háganme caso, búsquense una segunda vivienda porque poco quedará de la primera tras el paso del huracán Moon.


2 comentarios:

El Titán dijo...

Que buena banda!

Aguanten Tommy y Who´s Next

Lucas.- dijo...

Excelente el post.