YUKIO MISHIMA

Yukio Mishima fue uno de los escritores emblemáticos japoneses, simbolizando como ninguno el espíritu de un país cuyo valor más alto era el honor y que se veía humillado, primero por su derrota en la segunda Guerra Mundial, posteriormente por la larga colonización impuesta por EEUU y finalmente por la instauración de un sistema de valores contrario a las tradiciones japonesas. Mishima era un detractor de la democracia y el capitalismo, y un defensor a ultranza del Imperialismo que quedó aniquilado tras las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Su obra literaria es un alegato en contra del vacío de valores y espiritualidad que sufría Japón como efecto secundario de su occidentalización progresiva del país. En concreto la tetralogía El Mar de la Fertilidad, constituye su alegato en contra de esa falta de valores, y la cumbre de su obra literaria. La vida de Mishima fue un cúmulo de contradicciones, alternaba sus coqueteos con la muerte y el suicidio con un culto desmedido al cuerpo que le otorgó un físico impresionante, y negaba su homosexualidad latente como una herencia maldita, manteniendo relaciones homosexuales sólo cuando salía de Japón, mientras que en su país de origen estaba casado y tenía dos hijos. En 1967 se alistó en las Fuerzas de Autodefensa de Japón, y formó la Tatenokai (Sociedad Escudo), una milicia compuesta por jóvenes patrióticos que estudiaban artes marciales. Mishima actuó en varias películas en los últimos años de su vida, llegando a codirigir una de las adaptaciones de su obra. El fin de Mishima llegó en 1970, envuelto en un espectacular suicidio ritual que en occidente conocemos como harakiri, pero cuyo nombre correcto es el de seppuku, ya que el de harakiri no se utiliza en Japón al considerarse vulgar. Era una práctica común entre los samurai, que rechazaban la muerte natural y preferían optar por una muerte gloriosa. Por eso, antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta, recurrían con este acto a darse muerte (Hara-kiri significa "corte del vientre"). Mishima, fiel a los principios de los samurai, entró el 25 de Noviembre de 1970 con varios miembros de la Tatenokai y maniató a un comandante de las Fuerzas de Autodefensa, saliendo seguidamente a un balcón y dirigiéndose a los soldados presentes en un emotivo discurso que sería su epitafio: Vemos al Japón emborrachándose de prosperidad y hundiéndose en un vacío del espíritu. Vamos a devolverle su imagen y a morir haciéndolo... La intención del discurso era provocar un golpe de estado que reinstaurara el poder imperial, al encender los ánimos de los soldados. Lo único que consiguió es que los soldados presentes le abuchearan y se rieran de él, algo que debió tocar el ya de por sí maltrecho honor de Mishima. Seguidamente acometió el seppuku, rasgándose el vientre con una katana. En un segundo paso del ritual un compañero debe decapitar al suicida. El encargado fue un miembro de la Tatenokai que según se rumorea era amante del escritor. Desgraciadamente este solemne momento tampoco fue excesivamente honorable, y tras varios intentos fallidos otro compañero hubo de ejecutar la decapitación. Seguidamente el compañero también se suicidó de la misma manera que Mishima. Así que, si se deciden a invitar a Mishima a cenar, por favor asegúrense de que el sushi está correctamente cocinado o le pondrá el salón perdidito de sangre y tripas por un asunto de honor nipón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola Fred! ¡Bienvenido otra vez!

Muy interesante la vida de Mishima. Todo el asunto del honor parece muy pasado de moda, pero según creo sería bueno revivirlo un poco, por lo menos en parte, como forma de recuperar algo de autoestima general de la sociedad.

Saludos

ALFONSO BUENO dijo...

Gracias por la calurosa bienvenida Sr. Dragón. He tenido este espacio demasiado abandonado, a ver si consigo un poco de autodisciplina para mantenerlo, jajaja. Excelentes sus últimas entradas.

Saludos