BORIS VIAN

Hay dos cosas que me gustan particularmente del maestro Boris Vian, una es su revolucionario sentido del humor, cualidad que el maestro dirigió a enterrar tópicos y crear una nueva forma de relatar, otra el hecho de que no fuera una hombre creado a sí mismo a fuerza de trabajar duro. Vian nació en una familia acomodada, con una renta considerable, y con valores tan sanos como el ateismo y el anti-militarismo inculcados desde la cuna. Esto es una prueba de la falsedad del hecho de que el hombre que se esfuerza por llegar a ser algo logra serlo y el que nace entre almohadas acaba siendo un inútil, creencia que tiende a glorificar el trabajo y criminalizar la pereza. Ahora bien, Vian utilizó sus ventajas para convertirse en un hombre apasionante, un nuevo renacentista en la Francia existencialista, pupilo de Alfred Jarry y compañero de Sartre. Nació en 1920 y muere en 1959, una existencia realmente corta (tan sólo 39 años) que el autor supo aprovechar para dar todo lo que pudo a la vida. Para inhalar aire y exhalar arte. Y en muchas facetas, ya que fue cantante, poeta, escritor, compositor musical, ingeniero, actor y trompetista. Precisamente el jazz fue una de sus pasiones, y dedicó buena parte de su existencia a la música y a las fiestas, a pesar de que el tocar la trompeta era negativo para un joven enfermizo como él, reumático, tendente a las fiebres y con afecciones cardiacas. En sus artículos y entrevistas para revistas de jazz llegó a conocer a Miles Davis, Duke Ellington y Charlie Parker.

La carrera de Vian no estuvo exenta de escándalos. Debía ser así ya que hablamos de un hombre adelantado a su era, un revolucionario que aspiraba a una sociedad más avanzada, lejos de lo marchito y lo duro, de lo acartonado y lo rancio. Publicó varias de sus novelas noir bajo el seudónimo de Vernon Sullivan. Su primera obra, Escupiré Sobre Vuestra Tumba, era una crítica al racismo. Contaba la historia de un negro de piel clara que venga la muerte de su hermano a manos de unos racistas. Vian aparecía acreditado únicamente como traductor de la obra. La fama del libro fue enorme y se creía que era un negro estadounidense el autor. Cuando se supo que un joven francés era responsable de semejante thriller salvaje y políticamente incorrecto se armó un auténtico escándalo y se condenó a Vian y a su editor por "ultraje a la moral y a las buenas costumbres". Finalmente el proceso judicial quedó en nada y Vian se convenció de que podía vivir de su obra literaria. A éste le siguieron otras joyas llenas de humor surrealista y una forma de narrar anárquica y pendenciera como Que Se Mueran los Feos, Con Las Mujeres No Hay Manera o El Otoño en Pekín. También una de sus mejores obras, la estupenda La Espuma de los Días, o la recopilación de cuentos El Lobo Hombre, una joya de la literatura tan estimulante para el intelecto como deliciosa para el paladar. Al menguarse sus éxitos literarios probó con otras artes, compuso una ópera, editó un disco y se fue de gira, recibiendo fuertes críticas por una de sus canciones, El Desertor, en la que animaba a no cumplir el servicio militar, e incitaba al presidente a que lo hiciera él mismo. Eran tiempos de colonialismo en Argelia y la canción pacifista de Vian fue recibida con fuertes críticas. En los 50 pasa a ser director artístico de la compañía Phillips y actúa en varias películas. Finalmente su corazón se apagó, había vivido deprisa, exprimiendo todo lo que pudo de una existencia epicurea y fascinante. Se había reído de la muerte y había desafiado los tópicos y las buenas formas. Había inmortalizado su obra antes de morir, y le esperaba el Olimpo. ¡Salve Boris!


GUY DE MAUPASSANT

Si Guy de Maupassant se hubiera dedicado a escribir sobre cosas "decentes" hoy sería considerado uno de los genios de la literatura universal. Pero él se empeñó en convertirse en el precursor de la literatura de terror, y eso ha hecho que la historia lo haya menospreciado. Maupassant puede considerarse como el mejor narrador de relatos de la historia, forma que perfeccionó hasta llegar a su cumbre artística. El problema es que alcanzar esa meta le costó la cordura, o tal vez fue al revés y la locura le hizo relatar de una manera que ninguna mente de la época podía imaginar. Sí, tal vez esa locura fue su particular puerta a la inmortalidad. Definido por uno de sus biógrafos como el inquilino negro, una personalidad se apodera del escritor en su cumbre creativa. Aunque los rasgos de locura aparecen en casi toda la obra del autor, especialmente si tenemos en cuenta que los episodios de desequilibrios mentales se venían repitiendo desde su niñez. Una enfermedad venérea contraida por su padre fue el origen de la locura de Guy. Su hermano también padecía esta enfermedad y acabaría suicidándose. En el caso de Guy, enfocó todas sus energías a los excesos de la vida disoluta de París, coleccionando amantes de forma enfermiza y aliviando sus migrañas a base de éter y morfina. En su obra definitiva, el relato El Horla, Maupassant narraba la historia de un hombre que acababa siendo poseido por su doble invisible. Un relato auténticamente terrorífico, sobre todo si sabemos que era eso lo que le estaba pasando a Guy, consumida por su inquilino negro. En los últimos meses del escritor se ve consumido por la obsesión a la enfermedad y la desconfianza hacia todos sus conocidos. Tras intentar suicidarse en 1892 muere internado en un manicomio en el que pasó 18 meses de inconsciencia y violencia. El autor acabó consumido por su obra, sólo la inmortalidad salvó su alma.

ROGER CORMAN

Descubran sus cabezas porque hoy hablaremos de una de las figuras esenciales del cine americano. También de uno de los personajes más infravalorados de la historia del cine. No es ningún misterio por qué Roger Corman se ha convertido en uno de los personajes malditos del séptimo arte, ya que ha dedicado toda su carrera a ser un pirata. El mayor objetivo de Corman siempre ha sido ganar dinero produciendo películas baratas, grabadas de forma rápida y adaptadas a los gustos juveniles, sin preocuparse de su valor artístico pero con resultados inquietantemente brillantes en ocasiones. Sirva como ejemplo una anécdota de una de sus producciones, la primera película de Peter Bogdanovich (director de joyas de la comedia como ¿Qué Me Pasa, Doctor? o ¡Que Ruina de Función! y actor ocasional como en su popular papel de psiquiatra de la doctora Melfi en la genial serie Los Soprano), la brillante Targets (1968) titulada en España con un bizarro nombre, El Héroe Anda Suelto. Corman ejerció de productor de este film y le ofreció a Bogdanovich su primera oportunidad como realizador. La propuesta que le hizo Corman rozaba lo burlesco, le dijo que acababa de terminar una película con el mítico Boris Karloff y le había sobrado metraje, además Karloff le debía dos días de trabajo. Corman le propuso al joven e inexperto director que usara el metraje sobrante, rodase los dos días con Karloff y grabase el resto con otros actores, y luego lo juntara todo en una película. Milagrosamente Peter Bogdanovich consiguió una excelente película que al final distribuyó fuera de los limitados medios de Corman, pero la anécdota sirve para retratar los cochambrosos métodos de producción de Roger Corman.
Sin embargo si observamos la cantidad de actores y realizadores que surgieron de la escuela Corman nos daremos cuenta de la importancia del productor. Vista la cantidad de nombres bien podríamos decir que el cine de los setenta no existiría sin la gente que se educó con Corman, entre otros Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Robert De Niro, Jack Nicholson, Joe Dante, Dennis Hopper, Ron Howard, Peter Fonda, James Cameron o Bruce Dern, comenzaron sus carreras bajo el ala de Corman. En su carrera ha producido más de 380 películas, y 55 films fueron dirigidos por él. Tal productividad le ha hecho ganarse el apodo de El Rey de la Serie B, aunque él mismo reniega de esta discriminadora clasificación. Comenzó su carrera en 1953 como productor y guionista, y en 1955 dirigió su primera película, Swamp Women.
La primera etapa del cine del Corman director se ve enmarcada dentro del panorama del cine de ciencia ficción de los 50. En plena guerra fría, y en una nación marcada por la paranoia ante un posible holocausto nuclear, el cine se llenó de películas de ciencia ficción que eran metáforas de la fobia al comunismo. Tanto las grandes compañías de la industria cinematográfica como las pequeñas producciones de serie B se nutrieron de un género que gozaba del beneplácito de las audiencias. En ese marco Corman firma sus primeras joyas de cine barato como Conquistaron el Mundo (It Conquered The World, 1956), una película de ciencia ficción de culto gracias a su monstruo-cangrejo con colmillos. Dicha película recibió un justo homenaje cuando Frank Zappa le dedicó la canción Cheepnis, todo un homenaje al cine de terror barato.
Posiblemente el mejor ejemplo de este cine primigenio de ciencia ficción de Corman sea la estupenda Emisario de Otro Mundo (Not Of This Earth, 1957), en donde comenzó a aplicar una mezcla de humor y terror que harían famoso su cine. También aparecen algunos elementos propios de su mitología, sexualidad encubierta para superar la censura y atraer al público joven, guiones sencillos pero eficaces y trucos y efectos baratos que aseguraban la rentabilidad de un producto perecedero. No se buscaba la eternidad cinematográfica sino una película para rellenar las interminables sesiones de los auto-cines. Una nueva versión de Not Of This Earth se realizó en 1995, producida de nuevo por Corman.
Corman comenzó a labrarse su fama de rodar rápido. Cuanto menos tiempo tardase en grabar la película, menos dinero gastaría y más rentable sería ésta. Esto hizo que en 1957 Corman dirigiese nada menos que siete películas, incluyendo géneros tan diversos como la ciencia ficción (Attack Of the Crab Monsters), el cine musical (Noche de Rock, originariamente llamada Rock All Night) y las aventuras (Mujeres Vikingo y La Serpiente del Mar, que tenía un título muy sencillito en inglés: The Saga of the Viking Women and Their Voyage to the Waters of the Great Sea Serpent). Los años 50 habían producido la era del consumo en EEU y con ella una nueva generación, los teenagers, los primeros adolescentes que exigían un ocio a su medida. Era la era del rock'n'roll, la ciencia ficción y los auto-cines, y Corman supo crear un cine de entretenimiento para esa nueva generación. Fue así como comenzó a explorar con nuevos géneros y formas, siendo uno de sus primeros intentos Noche de Rock (Rock All Night, 1957), una de las primeras películas donde se daba cabida a grupos de rock'n'roll. En el caso de la película fue uno de los grupos de doo-wop más famosos de todos los tiempos, The Platters, quienes destacaban musicalmente.
La moda teenager continuó con una serie de títulos con la palabra teenage como Teenage Doll (1957), película sobre una banda de chicas delincuentes, o Teenage Caveman (1958) titulada en España Yo Fui Un Cavernícola Adolescente.
El siguiente paso de Corman fue tocar la sexualidad de un modo más explícito. El psicodrama Escuela de Señoritas (Sorority Girl, 1957) parecía sacado de una canción de The Shangri-las. Tocaba el mundo de las hermandades estudiantiles femeninas y contaba la historia de una pobre chica reprimida por su madre que enfocaba su venganza en sus compañeras de hermandad.
Sin duda uno de los títulos míticos de Corman es La Tienda de los Horrores (The Little Shop Of Horrors, 1960), una divertida película de humor negro sobre un dependiente de una floristería que cultiva una planta carnívora que come seres humanos. La planta, Audrey, era sin duda el mejor actor de la película, pero destacaba en su primer papel un joven actor llamado Jack Nicholson. La Tienda de los Horrores fue el record de las grabaciones sprint de Corman, ya que fue grababa en sólo dos días y una noche (!). La película se convirtió en todo un fenómeno de culto, llegando a hacerse un musical inspirado en la historia original. Dicho musical fue llevado también a la gran pantalla, se trata de La Pequeña Tienda de los Horrores (The Little Shop of Horrors, 1986), dirigida por Frank Oz y protagonizada por Rick Moranis y Steve Martin.
Los años 60 marcarían el comienzo de una nueva etapa para Corman, la cumbre de su creatividad. La Caída de la Casa Usher (House of Usher, 1960) inauguraría una serie de películas de terror gótico inspiradas en la obra del genio de la literatura de terror Edgar Allan Poe. Uno de los mayores aciertos de Corman fue contar para las adaptaciones de Poe a la gran pantalla con uno de los mejores escritores de ciencia ficción de todos los tiempos, Ray Bradbury, autor de Farenheit 451, quien ya había estado involucrado en varios guiones, entre otros la adaptación de Moby Dick dirigida por John Huston. Bradbury supo llevar a sus guiones buena parte de la literatura siniestra de Poe, llena de obsesiones, fobias y amor a la muerte. Nunca la necrofilia fue tan deliciosa como en estas películas.
Pero sin duda el gran protagonista de las adaptaciones de Poe fue el actor Vincent Price. Uno de los grandes actores clásicos del cine de terror, Price ya había cosechado éxitos tanto en el cine fantástico, muy notablemente en Los Crímenes del Museo de Cera (House Of Wax, 1953), como en otros géneros, desde el cine negro (Laura, 1944) hasta el de aventuras (la versión de Los Tres Mosqueteros de 1947), pasando por el cine histórico (la segunda versión de Los Diez Mandamientos, de 1956). Las adaptaciones de Poe supusieron el resurgir del actor, hasta el punto de que mucha gente lo recuerda sobre todo por estas películas, a pesar de ser un gran actor con una impresionante carrera anterior. Price ya tenía alguna experiencia con el terror gótico, como demostró en uno de sus mejores papeles, El Castillo de Dragonwyck (Dragonwyck, 1946), dirigida por el genial Joseph L. Mankiewicz, donde interpretaba a un atormentado aristócrata drogadicto.
Pero Mankiewicz era un gran director de actores, algo que Corman ni era ni pretendía ser. En las películas de Corman vemos a un Vincent Price en pleno estallido de muecas y sobreactuación, pero eso es parte del encanto de estas películas. Tras el éxito de la película llegaría la segunda de la saga, El Péndulo y la Muerte (Pit And The Pendulum, 1961) es seguramente la obra maestra de Roger Corman, una joya de lo macabro a la que seguiría la única película de la saga en la que no participó Vincent Price. En su lugar el actor Ray Milland (Crimen Perfecto) acababa enterrado vivo en La Obsesión (Premature Burial, 1962), a la que siguió Historias de Terror (Tales of Terror, 1962), compuesta de tres historias cortas basadas de nuevo en obras de Poe. Para la película, además de Price, Corman recuperó al gran Peter Lorre (M, El Vampiro de Düsseldorf). Lejos de calmar su ritmo, Corman compaginó su saga de Poe con otras obras, como la crítica al racismo El Intruso (The Intruder, 1962) o la obra apocalíptica Last Woman On Earth (1960).

El Cuervo (The Raven, 1963) fue la siguiente película de la saga Poe. Inspirada lejanamente en la poesía El Cuervo, cumbre de la literatura gótica, se convirtió en una obra de humor negro llena de muecas, tanto por parte de Price como de Lorre. Contaba, eso sí, con el aliciente de contar con Boris Karloff, el mítico actor de las películas de terror de la Universal (Frankenstein, La Momia). También participaba en un papel destacado el joven Jack Nicholson. La película contiene mi escena preferida del cine de todos los tiempos (aunque soy muy dado a este tipo de afirmaciones, como corroborarán mis allegados): aquella en que Vincent Price y Boris Karloff luchan sentados lanzándose conjuros de magia. ¿Qué más se puede pedir a la vida?
Corman vio el potencial del terror gótico y decidió explotarlo al máximo. Sin ser adaptaciones de Poe, Tower Of London (La Torre de Londres, 1962) y El Terror (The Terror, 1963), pertenecen al estilo. El Terror es por cierto la película que comentábamos al comienzo de la entrada de la que sobró metraje y que Peter Bogdanovich utilizó en Targets. La siguiente adaptación de Poe fue El Palacio de los Espíritus (The Haunted Palace, 1963) que contaba con otro mito del terror, el hombre lobo original, Lon Chaney Jr.


En 1963 Corman realizó una de sus mejores películas, que significó su regreso al cine de ciencia ficción. El Hombre Con Rayos X en los Ojos (X, 1963) cuenta la historia del Dr. Xavier, quien tras experimentar con los rayos X desarrolla una droga que le permite ver más allá. Desde luego Corman aprovecha para dar sus toques eróticos, como cuando el protagonista se dedica a mirar a través de la ropa de las señoritas (ay, ay, picarón), pero sigue siendo una de las mejores películas de Corman. Las dos últimas películas de la saga Poe son de las mejores. Por un lado La Máscara de la Muerte Roja (The Masque Of The Red Death, 1964) cuenta con una estética psicodélica única. Por último, La Tumba de Ligeia (The Tomb of Ligeia, 1964) es una maravilla oscura que fue el broche de oro de la saga. En total Corman supo amortizar la obra de Poe, con 10 películas de terror gótico en su haber. Entre ellas, por cierto, un buen número de obras maestras y momentos inmortales del cine. Eso, señores, no lo pueden decir todos los directores de la nouvelle vague, ¿verdad?

En 1966 Corman volvió a dar muestras de su capacidad para reinventarse y de ser un visionario del cine comercial. Rueda Los Ángeles del Infierno (The Wild Angels) que contaba en su reparto con un jovencito Peter Fonda y con Nancy Sinatra (todo un reparto "hijos de..."). La película contaba las aventuras de una banda de moteros y fue la inspiración del clásico Easy Rider (1969), protagonizada por tres actores que comenzaron en la escuela Corman: Fonda, Nicholson y Dennis Hopper.
En 1967 realiza la que se considera su mejor película, La Matanza del Día de San Valentín (The St. Valentine's Day Massacre). Esta película con formato casi documental contaba pormenorizadamente los hechos que acabaron por meter a Al Capone en la carcel. En el papel de Al Capone destacaba un excepcional Jason Robards (La Balada de Cable Hogue).


Siguiendo su ley de complacer los gustos del público joven Corman realiza en 1967 El Viaje (The Trip). Escrita por Jack Nicholson, y con Peter Fonda, Dennis Hopper y Bruce Dern como protagonistas, cuenta la experiencia de un directivo de TV al probar el LSD, quien acaba alucinando e imaginando que está en una mazmorra. Corman incorporaba así la cultura de las drogas y la psicodelia a su cine, aunque algunas de sus obras ya habían incorporado lo psicodélico como estética.
Aprovechando el éxito del revival del cine de gangsters rejuvenecido por Bonnie & Clyde, Corman realiza Mamá Sangrienta (Bloody Mama, 1970), inspirada en la vida de Ma Baker y protagonizada por la estupenda Shelley Winters (Lolita), la película contaba con una de las primeras interpretaciones de Robert de Niro haciendo de hijo yonki. Como de costumbre Corman tocaba varios temas escabrosos como el estupro y la drogadicción. La película sirvió para revitalizar la leyenda de la ladrona de bancos, lo que hizo que Boney M le dedicara una canción.
Gas-s-s-s (Gas!-Or-It Became Necessary To Destroy The World In Order To Save It, 1971) fue la respuesta de Corman al hippismo, una historia de apocalipsis donde un gas mataba a todo aquel mayor de 25 años. En la película destacaba la música del grupo de rock Country Joe & The Fish. Ese mismo año Corman decide dar un salto al rodar una película de gran presupuesto, un biopic sobre el famoso aviador alemán conocido como El Barón Rojo. The Red Baron fue un fracaso y marcó el final de la carrera de Corman como director. Volvería a realizar otra película en 1978 y otra en 1990, pero se concentraría en su faceta de productor.
Entre las producciones de Corman cabe destacar algunas de las primeras obras de grandes directores, Francis Ford Coppola rodó su primera película, Dementia 13 (1963), bajo la mano de Corman. Lo mismo hizo Martin Scorsese con su opera prima, Boxcar Bertha (1971). Desde luego el viejo zorro seguía con el olfato despierto, en vista del éxito del Tiburón de Spielberg produjo Piraña (Piranha, 1978), dirigida por un joven Joe Dante.

Pudo producir estas películas al crear una pequeña productora y distribuidora, New World Pictures. La mayoría de las producciones de Corman fueron películas de rápida elaboración y consumo, incluyendo cine de terror, fantástico y otros subgéneros como películas de rock'n'roll o películas de cárceles femeninas. En la era del vídeo Corman siguió produciendo cine de entretenimiento, con una calidad muy discutible. Una de las anécdotas curiosas fue que realizó una película sobre los cuatro fantásticos en 1994 hecha sólo para que la Marvel no perdiera los derechos sobre los personajes y que nunca llegó a estrenarse.

En la actualidad Corman sigue produciendo películas al ritmo demencial al que nos tiene acostumbrados. En 2008 ya ha producido una película y tiene otras dos en periodo de post-producción. El pirata Corman ha sabido venderse como un artista de lo barato, y ha publicado varios libros contando sus métodos de producción y dirección. Buena parte de la capacidad de Corman como vendedor reside en su capacidad de venderse él mismo y toda una mitología alrededor. Puede que gran parte sea falsa, pero es lo que pasa cuando se trata con piratas. Y sin ellos, la vida sería mucho más aburrida.

BILL PLYMPTON



Las animaciones de Bill Plympton son un desafío a la realidad. Un continuo ataque terrorista a las formas conocidas. Metamorfosis y una mala uva políticamente incorrecta llenan el arte de un ilustrador que ha sabido mantenerse independiente y original pese a su éxito. Con un estilo muy peculiar, lleno de trazos abocetados y colores pastel, y unos argumentos que dislocan las formas hasta expandirlas y transformarlas de las maneras más insospechadas, el humor de Plympton está cargado de sadismo y sexo, tratados de forma lúdica y disparatada. Pareciera que Plympton supiera de las obsesiones de la sociedad y las ridiculizara hasta sus limitaciones máximas.


Animadores de la talla de Terry Gilliam o Matt Groening han admitido ser fans de Plympton, quien ha expandido su arte al largometraje con algunas joyitas animadas como ¡Me casé con un Extraño! (I Married A Strange Person!, 1997), Alienígenas Mutantes (Mutant Aliens, 2001) o la joya de terror gótico rockabilly Hair High (2004). El trabajo del animador también se ha visto reflejado en el mundo de la publicidad. Nunca está de más ver hasta dónde llega Plympton con sus animaciones imposibles, tratando de demostrar que la animación no es un medio exclusivamente infantil y que elementos como el sexo o la violencia pueden ser parte de sus argumentos. En la actualidad trabaja en un largo sin diálogos fiel a su estilo gamberro.


HIDESHI HINO

No deberían existir las clasificaciones que diferenciaran a los autores por el medio que utilizan para expresarse. Más bien deberíamos dejarnos llevar por los registros que nos producen, por las sensaciones y pensamientos que expresan, por las pesadillas que crean en algunos casos... Un autor de terror debería ser eso, sea su medio la literatura, la música o el cine. Guy de Maupassant, Jerry Goldsmith, Dario Argento, James Whale, Edgar Allan Poe, H.P. Lovercraf, Allan Moore e Hideshi Hino, pertenecen todos a esa tradición de narradores de las tinieblas, de escudriñadores de lo oscuro, buscadores de sombras, esas a las que acudimos cuando queremos probar que nuestros temores infantiles siguen vivos en el fondo de nuestros corazones, independientemente de que lo hagan a través de un cómic o una película. Hoy hablaremos de un artista que se expresa a través del Manga, y cuyos relatos de terror ilustrados pueden igualarse a la gloriosa etapa de La Cosa del Pantano guionizada por Allan Moore, una de las cumbres del cómic internacional. Hino comenzó su carrera convencido de que podría ser director de cine, influenciado por la película Seppuru (1962) de Masaki Kobayashi. Introducido posteriormente en el mundo del manga realiza influido por los relatos de Ray Bradbury en El Hombre Ilustrado una de sus obras míticas, Zoroku no Kibyo (La extraña enfermedad de Zoroku), la historia fue publicada en una revista infantil en 1969 y contaba con toda clase de detalles escabrosos el desarrollo de una enfermedad que provocaba una serie de desagradables erupciones. El manga fue un éxito y marcó la carrera de Hino, quien se convertiría en uno de los referentes indispensables del manga de terror.

Asesinos desviados, monstruos deformes y cuerpos decapitados son elementos naturales en los escalofriantes relatos de Hino, plagados de detalles autobiográficos. En una de sus obras maestras, Panorama Infernal, Hino plaga el relato de recuerdos de su infancia. Nacido en China de padres japoneses, tuvo que soportar la discriminación contra los japoneses tras la Segunda Guerra Mundial y de hecho su familia tuvo que huir antes de ser linchados por sus vecinos, algo que queda reflejado en la que tal vez sea su obra maestra. Otro ejemplo: una inflamación de su intestino sirvió al autor de materia prima para realizar la que sea posiblemente su obra más enferma (y eso es mucha enfermedad), La Serpiente Roja. El autor sabe trasladar esos momentos de enfermedad, de anticipación a la muerte y de terror en su biografía para conseguir relatos llenos de un terror visual, grotesco y escatológico. En otros relatos Hino se muestra más compasivo hacia sus criaturas malditas y, aunque siempre les espera un final agonizante y tormentoso, las utiliza para denunciar la degradación de la sociedad y la marginación a lo distinto, así ocurre en obras tan interesantes como El Hombre Cadáver, El Niño Gusano o El Hijo del Diablo, obras llenas de ternura hacia lo monstruoso. El autor ha escrito algunas de las adaptaciones televisivas de sus obras, y también ha llegado a dirigir un par de películas gore en la serie Guinea Pig, el realismo de las escenas sangrientas era tal que corrió la leyenda urbana de que se trataba de snuff movies, lo que le trajo algún que otro problemilla a Hino. En cualquier caso, el medio para entender a Hino es leer sus mangas enfermos. Eso sí, absténgase aquellos con problemas de estómago...

MOVIMIENTO PÁNICO

El sátiro Pan representa en la mitología griega no sólo al Dios de los pastores y los rebaños, también es el Dios de la fertilidad y la sexualidad masculina. Esa parte instintiva y animal del hombre quedaba representada por una figura, medio cabrito y medio humano. Según una de sus genealogías sería hijo del Dios Hermes (Mercurio en la mitología romana), quien simulando ser un carnero hizo una visitilla divina (los Dioses griegos sí que sabían montárselo) a Penélope en ausencia de su esposo Odiseo. La palabra Pan siginificaría "hijo de todos" como referencia a las numerosas infidelidades de Penélope. Pan suele ser representado con una flauta, con la que deleitaba a las reses, y persiguiendo ninfas, muestra de su sexualidad desmedida.
Inspirados por la figura del sátiro hipersexuado, el dramaturgo español Fernando Arrabal, el cineasta chileno Fernando Jorodowsky y el ilustrador francés Roland Topor, fundaron en 1962 el Movimiento Pánico, bajo la consigna de reírse de la filosofía francesa imperante en el momento y unos principios que los unían al Surrealismo. Bajo tres principios básicos: terror, humor y simultaneidad, los artistas afirmaban la prevalencia de la locura como única vía de supervivencia en una sociedad en plena crisis de valores. La crítica de la razón y la exaltación de la ambigüedad son otras características propias de los integrantes del movimiento. El grupo hizo varias representaciones teatrales que se pueden enmarcar dentro del teatro del absurdo antes de ser disuelto en 1973 por Jorodowsky.
Probablemente el menos conocido de los miembros del movimiento sea el dibujante francés Roland Topor, pese a ser en muchos aspectos el que mejor supo representar el carácter irrespetuoso y humorístico del movimiento, llenando su extensa obra de un humor negro y elementos surrealistas tanto sus ilustraciones como en sus colaboraciones en distintas artes, más destacablemente el cine, aunque también el teatro, donde firmó obras originales y provocadoras como Vinci Tenía Razón. También destacó escribiendo novelas, El Quimérico Inquilino fue llevada al cine por Roman Polansky.

La labor de ilustrador de Topor pronto se trasladó al mundo de la animación, colaborando con René Laloux en una de las obras más interesantes e inquietantes que ha dado el cine de animación, El Mundo Salvaje (La Planète sauvage, 1973). El largometraje de ciencia ficción marcó un antes y un después en el cine animado europeo. Su colaboración en el cine no se limitó a la animación, ya que participó como actor en varias películas, siendo destacable su papel en la versión que en 1979 hizo Werner Herzog del clásico Nosferatu. En 1988, en colaboración con el director Enrique Xhonneux, Topor adapta la vida del Marqués de Sade en una de las mayores marcianadas que ha dado el cine, Marquis, una película en la que todos los actores iban cubiertos con máscaras de animales, y donde el pene de Sade era un personaje más de la obra. Topor murió en 1997.

La labor de ilustrador de Topor pronto se trasladó al mundo de la animación, colaborando con René Laloux en una de las obras más interesantes e inquietantes que ha dado el cine de animación, El Mundo Salvaje (La Planète sauvage, 1973). El largometraje de ciencia ficción marcó un antes y un después en el cine animado europeo. Su colaboración en el cine no se limitó a la animación, ya que participó como actor en varias películas, siendo destacable su papel en la versión que en 1979 hizo Werner Herzog del clásico Nosferatu. En 1988, en colaboración con el director Enrique Xhonneux, Topor adapta la vida del Marqués de Sade en una de las mayores marcianadas que ha dado el cine, Marquis, una película en la que todos los actores iban cubiertos con máscaras de animales, y donde el pene de Sade era un personaje más de la obra. Topor murió en 1997.

Fernando Arrabal ha pasado por ser un borracho lunático tras su paso por un programa en 1989 donde comenzó a defender sus teorías en favor del mileniarismo, en uno de los episodios más vergonzantes de la historia catódica (que adjuntamos para deleite del personal). Lo cierto es que las excentricidades del hombre han ensombrecido al autor. Sobre todo conocido por su obra como dramaturgo, que ha sido premiada internacionalmente, y que conserva un espíritu transgresor y provocador, Arrabal ha sabido moverse en distintos terrenos, llegando a firmar siete películas de estilo surrealista, muchas de ellas adaptaciones de su obra literaria, algunas de ellas auténticas obras bizarras llenas de elementos disonantes como su ópera prima, Viva la Muerte.





Alejandro Jorodowsky ha pasado por distintas etapas y facetas, pero seguramente sea su labor como cineasta la que le ha proporcionado más fama y le ha labrado una imagen de autor inaccesible y polémico. Fascinado por el mundo teatral y la forma de transmitir de los mimos pasa un periodo de seis años al lado del mítico mimo Marcel Marceau. Tras esta temporada se establece en México, donde tras montar varias obras teatralas realiza la adaptación al cine de una obra de Fernando Arrabal, Fando y Lis. La obra fue muy polémica, tanto por su narrativa surrealista como por tocar temas escabrosos como la sexualidad con gente discapacitada. Jorodowsky llegó a ser amenazado de muerte y estuvo a punto de ser linchado, por lo que tuvo que escapar.

En 1970 Jorodowsky realiza la que será su obra más popular, el western de culto El Topo, donde mezclaba elementos que se repetirán en su filmografía, como referencias a lo espiritual, objetos y personajes simbólicos, un lenguaje provocador y un metraje lamentablemente excesivo que va en contra de a narración. Pese a esto, El Topo se convierte en una obra de culto, una película rompedora que dio a Jorodowsky fama internacional, hasta el punto de interesar a John Lennon, quien promocionó la película y produjo, junto al representante de the Beatles Allan Klein, su siguiente incursión cinematográfica, la revolucionaria e inclasificable La Montaña Sagrada. La idea original es que la película la protagonizase George Harrison, pero finalmente éste se negó por las exigencias de Jorodowsky, quien quería que el beatle enseñara el ano. Aún sin Harrison, La Montaña Sagrada (1973) sigue siendo una joya del cine llena de simbología propia del tarot y elementos transferenciales que contiene algunas de las imágenes más impactantes que han podido ver estos ojos. A medio camino entre el cine documental que representa un viaje de ácido de un grupo de burgueses con aspiraciones a hippies y una primera parte, más interesante, donde Jorodowsky hace una lectura visual impactante de las dictaduras latinoamericanas de los 70. La película, por no variar, fue un escándalo.

La distribución de ambas películas embarcó a Jorodowsky y a Klein en una batalla legal que no acabó hasta el 2004, cuando por fin se pudo llegar a un acuerdo. El siguiente proyecto del director nunca llegaría a realizarse, se trataba de la adaptación de la novela de ciencia ficción Dune, de Frank Herbert. Para ello contó con un equipo impresionante entre los que se contaban Orson Welles, Salvador Dalí, Pink Floyd y H.R.Giger. Especialmente interesante fue el aporte del ilustrador de comics francés Moebius, quien realizó numerosos bocetos que, al no realizarse la película, acabarían convirtiéndose en el mítico comic El Incal, guionizado por el propio Jorodowsky. Muchos de los elementos de la película, que finalmente no se realizó por retirarse la productora del proyecto, acabarían siendo el germen de Alien y Star Wars.
Tras varios proyectos fallidos, en 1989 rueda su última película interesante en México, Santa Sangre, una mezcla entre el giallo y el cine de Fellini, producida por Claudio Argento. Entre sus últimos proyectos fallidos se cuenta una segunda parte de El Topo protagonizada por Johnny Deep y Marilyn Manson (!), que es un gran fan de la obra del chileno. De hecho Manson se ha comprometido a interpretar a un Papa de 300 años en el último proyecto del director, King Shot. No se asusten, probablemente nunca veamos dicha monstruosidad.

El mundo del comic ha recibido numerosas obras de ciencia ficción escritas por Jorodowsky tras El Incal, colaborando con artistas de la talla de Juan Giménez, Janjetov o el citado Moebius. En dichos comics vuelve a utilizar la simbología y los elementos del tarot. Su pasión por éste le ha llevado a escribir varios ensayos sobre el mismo, llegando incluso a realizar sesiones como tarotista y ser considerado que él define como psicomago. Así que el transgresor director se ha convertido en un abuelete reciclado a gurú new wave. Atrás quedó lo de cambiar el mundo. Puede que Pan le arrastre un día de sus canas y le enseñe de nuevo el camino, pastando, con su flauta y tras las ninfas...

ISAAC HAYES

Lamentable. Hoy ha muerto una de las últimas leyendas vivas del soul. Y los medios, en su infinita inteligencia, se refieren a él como "la voz de Chef, el cocinero de South Park". Parece que el hecho de que Isaac provocara una auténtica revolución en los años 60 con su revolucionaria forma de hacer soul y que reinventara el mundo de las bandas sonoras en la era de la blaxpoitation es lo de menos, lo importante es que doblara a un dibujo animado. Isaac fue uno de los pilares sobre los que se asentó la discográfica Stax, la mayor representante del soul sureño en los años 60 y 70, sólo superada en popularidad por la todopoderosa Motown. De hecho de Stax surgieron artistas tan míticos como Otis Redding, Sam & Dave o Booker T & The MG's. Hayes era un músico de sesión habitual en las grabaciones de la discográfica, reemplazando al teclista habitual de la casa, el genial Booker T Jones, mientras éste completaba sus estudios. Con el tiempo Hayes empezó a tener más peso en Stax, convirtiéndose en un excelente productor y, junto a David Porter, compositor de algunos de los mejores temas del soul de los 60 como Hold On! I'm Coming, B-A-B-Y o Soul Man.



En 1969 Hayes tuvo oportunidad de grabar su primer disco, Hot Buttered Soul, donde utilizó un estilo nuevo que se conoció como Soul Progresivo, donde alargaba los temas hasta límites insospechados en el soul. El primer disco tenía sólo cuatro canciones, tres de ellas de más de 10 minutos y una titulada Hyperbolicsyllabicsesquedalymistic. Hayes quería llevar al género hasta límites desconocidos, fundiendo rock, soul, jazz, pop y elementos clásicos. Además el estilo vocal de Hayes, con su voz grave, rompía todos los cánones del soul de la era. El primer disco de Hayes vendió más de un millón de copias, una cifra impresionante para el género, y marcó el comienzo de una carrera mítica. Su siguiente paso fue hacer la banda sonora de la película Shaft en 1972, un hito de un nuevo género, la blaxpoitation, un cine hecho por negros y para negros, que narraba historias del guetto en un clima violento y sexualmente desinhibido, y marcó una forma de hacer cine y música en los 70. El tema principal de Shaft de Hayes es probablemente el más popular del género, marcado por el wah-wah de la guitarra, la sección de vientos y la voz de Hayes rapeando. Hayes volvería al género, llegando a protagonizar una película, Truck Turner. En 1972 participaría en el festival negro por excelencia, Wattstax, organizado por Stax como una respuesta negra a Woodstock. Durante el resto de la década el estilo de Hayes fue deribando a un estilo más cercano a la música disco, probablemente tratando de emular el éxito de un artista con un registro de voz parecido, Barry White. La marca del estilo de Hayes sigue presente en la música pop y soul, siendo uno de los grandes renovadores del género.



YUKIO MISHIMA

Yukio Mishima fue uno de los escritores emblemáticos japoneses, simbolizando como ninguno el espíritu de un país cuyo valor más alto era el honor y que se veía humillado, primero por su derrota en la segunda Guerra Mundial, posteriormente por la larga colonización impuesta por EEUU y finalmente por la instauración de un sistema de valores contrario a las tradiciones japonesas. Mishima era un detractor de la democracia y el capitalismo, y un defensor a ultranza del Imperialismo que quedó aniquilado tras las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Su obra literaria es un alegato en contra del vacío de valores y espiritualidad que sufría Japón como efecto secundario de su occidentalización progresiva del país. En concreto la tetralogía El Mar de la Fertilidad, constituye su alegato en contra de esa falta de valores, y la cumbre de su obra literaria. La vida de Mishima fue un cúmulo de contradicciones, alternaba sus coqueteos con la muerte y el suicidio con un culto desmedido al cuerpo que le otorgó un físico impresionante, y negaba su homosexualidad latente como una herencia maldita, manteniendo relaciones homosexuales sólo cuando salía de Japón, mientras que en su país de origen estaba casado y tenía dos hijos. En 1967 se alistó en las Fuerzas de Autodefensa de Japón, y formó la Tatenokai (Sociedad Escudo), una milicia compuesta por jóvenes patrióticos que estudiaban artes marciales. Mishima actuó en varias películas en los últimos años de su vida, llegando a codirigir una de las adaptaciones de su obra. El fin de Mishima llegó en 1970, envuelto en un espectacular suicidio ritual que en occidente conocemos como harakiri, pero cuyo nombre correcto es el de seppuku, ya que el de harakiri no se utiliza en Japón al considerarse vulgar. Era una práctica común entre los samurai, que rechazaban la muerte natural y preferían optar por una muerte gloriosa. Por eso, antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta, recurrían con este acto a darse muerte (Hara-kiri significa "corte del vientre"). Mishima, fiel a los principios de los samurai, entró el 25 de Noviembre de 1970 con varios miembros de la Tatenokai y maniató a un comandante de las Fuerzas de Autodefensa, saliendo seguidamente a un balcón y dirigiéndose a los soldados presentes en un emotivo discurso que sería su epitafio: Vemos al Japón emborrachándose de prosperidad y hundiéndose en un vacío del espíritu. Vamos a devolverle su imagen y a morir haciéndolo... La intención del discurso era provocar un golpe de estado que reinstaurara el poder imperial, al encender los ánimos de los soldados. Lo único que consiguió es que los soldados presentes le abuchearan y se rieran de él, algo que debió tocar el ya de por sí maltrecho honor de Mishima. Seguidamente acometió el seppuku, rasgándose el vientre con una katana. En un segundo paso del ritual un compañero debe decapitar al suicida. El encargado fue un miembro de la Tatenokai que según se rumorea era amante del escritor. Desgraciadamente este solemne momento tampoco fue excesivamente honorable, y tras varios intentos fallidos otro compañero hubo de ejecutar la decapitación. Seguidamente el compañero también se suicidó de la misma manera que Mishima. Así que, si se deciden a invitar a Mishima a cenar, por favor asegúrense de que el sushi está correctamente cocinado o le pondrá el salón perdidito de sangre y tripas por un asunto de honor nipón.