EL PLAGIO EN EL CARTEL DE CINE

Hoy revisaremos algunos casos de plagio flagrante cometido en carteles cinematográficos. Faltan muchos, pero estos son algunos ejemplos del delito.

Capítulo 1: El clásico
Hablar de Saul Bass es hacerlo de uno de los mayores genios de la historia del cine. Fue el más revolucionario autor de carteles y títulos de crédito del cine. Suyos son: Psicosis, El Hombre del Brazo de Oro, West Side Story, Casino, La Edad de la Inocencia, Plan Diabólico, Uno de los Nuestros, La Cuadrilla de los Once, Vértigo, El Hombre de la Pistola de Oro, La Tentación Vive Arriba... Como creador gráfico Saul no tiene igual, representa el estilo de los años 60 con referencias lineales, sencillas pero muy atractivas. Y su estilo ha sido uno de los más copiados por gente sin mucha imaginación. Baste el grosero ejemplo de una de las obras más conocidas de Bass, el estupendo cartel de Anatomía de un Asesinato (Anatomy of a Murder, 1959) de Otto Preminger, y el plagio cometido por el autor del cartel de Camellos (Clockers, 1995) de Spike Lee.

Capítulo 2: "Homenajes"
La sombra de Peckinpah es alargada... En el cartel original de la obra maestra del western Grupo Salvaje (The Wild Bunch, 1969) de Sam Peckinpah los otoñales forajidos aparecían de espaldas, y sus sombras se comían el cartel. Quentin Tarantino tomó la idea original y la adaptó para el cartel de su primera película, Reservoir Dogs (1992). La película bebía de diversas influencias, desde el western crepuscular personalizado en Grupo Salvaje hasta cintas de cine negro de las que tomó la estructura temporal (Atraco Perfecto) o el detallito de los nombres de colores (Pelham 1, 2, 3). Tarantino, un mitómano en toda regla, ha basado el resto de su sobrevalorada carrera en fusilar el spaguetti western, el giallo, el cine de artes marciales, la blaxpoitation... aunque en su caso, claro, es un "homenaje".


Capítulo 3: Cuestión de género
Hablando de géneros (cinamatográficos) la imaginación brilla por su ausencia. Si elegimos hacer una película de aventuras, digamos, elegiremos para promocionarla papiro agrietado y los rostros de los protagonistas. Es el caso de Hook (1991) de Steven Spielberg y La Isla de las Cabezas Cortadas (Cutthroat Island, 1995), cuyo parecido es sospechoso.


El thriller fue el género de moda en los últimos 80 y primeros 90. En él se mezclaban relaciones tormentosas, familias rotas y algo de psicopatía. Atracción Fatal (Fatal Attraction, 1987) fue el título fundacional que originó muchos títulos con nombre y sustantivo terrible y más de un disgusto para el atormentado Michael Douglas (no nos extraña que el hombre acabara siendo adicto al sexo, con tanta tentación en el trabajo). Robert Redford se sumó a la moda con Una Proposición Indecente (Indecent Proposal, 1993), cuyo cartel también jugaba con el recurso gráfico, algo obvio, de la ruptura del núcleo familiar ejemplificada por un jirón.


Un género que no brilla por su originalidad es el cine de acción. Pero en este caso el plagio es bastante grosero, sustituyan el avión por un autobús y los morritos de Bruce Willis por la cara de pánfilo de Keanu Reeves y tendrán la diferencia entre el cartel de La Jungla de Cristal 2 (Die Hard 2, 1990) y Speed (1994).


Por último, un clásico: la pierna de la señora Robinson (Anne Bancroft) enfundándose la media en El Graduado (The Graduate, 1967). Un atónito Dustin Hoffman es sustituido por un siniestro Michael Caine en el homenaje de Brian de Palma (otro plagiador célebre, en este caso de Hithcock) en uno de sus títulos más calenturientos de su filmografía: Vestida Para Matar (Dressed to Kill, 1980). La nueva pierna era de Angie Dickinson, demostrando una bellísima (y erótica) madurez.


Capítulo 4: Parodias
Hablaremos por último de las parodias tan populares en nuestros días. Hay tantas que nos aburriríamos al recogerlas todas. Basten estos dos (lamentables) ejemplos. Prueben a sustituir a Clark Gable por Chevy Chase. No creo que haga falta decir más.


La película de psicópatas más famosa de los años 90 (y hubo muchas, pero muchas muuuchas), El Silencio de los Corderos (Silence of the Lambs, 1991) sufrió una terrible versión humorística, El Silencio de los Borregos (Il Silenzio dei Prosciutti, 1994). El cartel sustituía a Jodie Foster por el orondo melbrooksiano Dom DeLuise que en la película hacía el papel de Dr. Annibal Cannibal Pizza (ejem).


1 comentario:

Anónimo dijo...

Sobre este tema siempre recuerdo lo mismo:

Apróximadamente en el año 750 ac un tal Homero compuso la Ilíada, uno de los poemas épicos más largos del mundo.

En el siglo V a.c. aparecieron una serie de 'grandes dramaturgos', Sófocles, Eurípides y Aristófanes, entre otros. En cuyas obras aparecen personajes de la Ilíada, contando partes de su historia que el viejo poeta no contaba.

Esto puede considerarse de varias formas: fanficción; homenaje (al estilo Tarantino); robo descarado; o un clasico del teatro.




Para aquellos que no me entendieron:

No hay nada nuevo bajo el sol. Siempre que alguien tenga una idea, alguien más intentará robársela.

J.