DEMASIADO AMOR

Los años 80 fueron desmedidos. El cuero sudoroso del heavy metal se mezclaba con las crestas cardadas de los neorománticos y los sostenes puntiagudos de las nuevas divas del pop, melenudos maquillados, góticos sin freno, hombreras mirando al cielo y Grace Jones, la Diosa de ébano con su boca kilométrica. Todos aquellos que consideran que los años 70 fueron una época hortera y sin medida debieran echar un vistazo a la era de Boy George y el acid house. Entre los muchos excesos de esos años (no hablaremos de la cocaína en esta ocasión) el sexo ocupaba un lugar primordial. Era la alegre década previa al sida en que experimentar estaba a la orden del día, y había que hacer más y de todos los modos imaginables. A la vez que la política vivía un resurgir conservador protagonizado por Reagan y Margaret Tatcher, quien proponía crear campos de concentración para homosexuales, las estrellas daban rienda suelta a sus lícitos placeres. Entre los más jugosos deletites sexuales de la era estaban las orgías organizadas por Queen para presentar sus discos, Elton John y sus interminables fiestas y los devaneos de Madonna. Pero si a alguien le pasó factura este epicurismo lividinoso fue al cantante del grupo INXS, uno de los grupos pop más interesantes de los años 80. Michael Hutchence, desde luego hacía honor al excesivo nombre de su grupo (responsable de éxitos como Suicide Blonde o I Need You Tonight) y en su vida privada era muy aficionado al sadomasoquismo. El cantante sentía una particular excitación al sentir que se asfixiaba, y a menudo necesitaba sentir esa peligrosa falta de oxígeno para llegar al éxtasis. Hutchence murió con 37 años en 1997. Apareció en un hotel ahorcado con una correa de cuero, colgado de un armario y completamente desnudo. Aunque las primeras hipótesis barajaron que fue un suicidio, parece más obvio pensar, sobre todo ateniéndose a la falta de pruebas que indicaran que Hutchence que se trataba de una fallida práctica amatoria. Su última pareja, la presentadora de Tv, Paula Yates, quien también tuvo una relación con Bob Geldof, acabaría suicidándose en el año 2000 tras una larga depresión y un intento de suicidio en 1998 por la muerte del cantante.


Otro cantante entregado al sabroso pecado de la carne es George Michael. Michael impactó tras su salida del grupo Wham y sus videos de alta carga erótica, que fueron prohibidos en algunos países. En sus videos George daba una imagen de macho, con su barbita de dos días y sus chaquetas de cuero. Posteriormente Michael confesó su homosexualidad y se convirtió en un icono gay.En 1993 su pareja murió de sida y poco después su madre falleció de cáncer. Todo esto hizo que Michael pasara por una depresión durante doce años. En 1998, para sumar desgracias, un cuerpo de policía británica con métodos similares a los de la Gestapo le tendió una trampa en un baño público y fue detenido por escándalo público y conducta deshonesta. Según parece dos policías vestidos de paisano se insinuaron al cantante enseñándole el miembro viril. Cuando Michael fue recíproco con la exposición fue detenido. George les dedicó posteriormente el vídeo Outside. No acaba ahí la historia del desdichado Georgie, en 2006 el cantante fue detenido por posesión de drogas al ser encontrado inconsciente en su coche. Los tabloides sensacionalistas británicos, auténtica jauría devoradora de almas, empezaron a hacer leña del árbol caído, asegurando por diversas fuentes que el cantante fuma veinte porros al día. En esta ocasión Michael renunció a dar una respuesta musical al incidente. Más recientemente el cantante ha sido descubierto manteniendo relaciones en un parque con un desconocido, infidelidad que su prometido ha perdonado. No creemos que sea la última vez que oigamos hablar del bueno de George, sobre todo por el acoso al que le someten los paparazzis.



SUN RA

Un hombre que hace jazz con temática de ciencia ficción y cabalística vestido de faraón egipcio no puede ser normal. Y no lo era, o al menos pasó su vida intentando demostrar su singularidad. El teclista, compositor y director de orquesta Sun Ra comenzó su interesante y errática carrera musical en los años 40, integrando diversas bandas de be bop hasta que empezó a grabar por sí mismo, siendo el primer músico de jazz en crear su propio sello discográfico. Su música fue evolucionando desde el jazz tradicional a un estilo que fusionaba música primitiva de diversas culturas, sonidos electrónicos y avant-garde. Sus discos son a veces grandiosos y en otras ocasiones absurdos, pero tienen la rara capacidad de no dejarte indiferente. Largas piezas disonantes, donde se mezcla la improvisación del estilo con arreglos bizarros e interpretaciones desiguales de su big band, bautizada por él como Arkestra. En los primeros 80, en el ocaso de su larga carrera, tocaba rodeado de tragadores de fuego en shows llenos de excesos. En su vida privada Herman Sonny Blount (su verdadero nombre) también fue un hombre excesivo, obsesionado por controlar hasta el más mínimo detalle de la vida de sus músicos, como si fuera su gurú. Decía venir del planeta Saturno, y estaba convencido de tener la misión de salvar a la humanidad a través de la música. En 1991 sufrió una embolia que paralizó la mitad de su cuerpo. A pesar de ello siguió tocando con la mano derecha hasta que muere en 1993 tras una larga agonía.


TALLULAH BANKHEAD

Tallulah Bankhead fue un icono de la provocación. Una mujer de los años 20, no sujeta a las reglas que dictaban los hombres. Una actriz que vivió de forma extrema y nunca tuvo problemas para expresarlo, haciendo apología de sus diversos vicios. Suya es la frase "la cocaína no crea adiccion, lo sé porque llevo tomándola desde hace años" y la no menos popular "si volviera a nacer cometería los mismos errores, pero mucho antes". Tras esa frívola imagen de mujer fatal había una mujer de pasiones irrefrenables, a la que no pudo vencer su educación en un convento ni los tabúes de una sociedad hipócrita, dispuesta a vivir y amar más allá, con toda la intensidad necesaria, no privándose del uso de substancias artificiales que le proporcionasen el ansiado y probablemente nunca saciado placer. No destacó por su carrera en el cine (Marlon Brando decía que fue debido a sus adicciones al alcohol y al sexo), ya que no quiso ceder a la presión y el acoso de las estrellas como John Barrymore, por quien perdió su primer papel importante, en El Doctor Jekyll y Mr. Hyde (Dr. Jekyll & Mr. Hyde, 1920), al no querer acostarse con él. Intentó triunfar en Broadway, pero fue en Londres donde consiguió convertirse en una estrella. En su corta carrera cinematográfica podemos destacar títulos como Honor Mancillado (Tarnished Lady, 1931) de George Cukor, Náufragos (Lifeboat, 1944) de Alfred Hitchcock y La Zarina (A Royal Scandal, 1945). Tras ésta película tardaría 10 años en volver a Hollywood, centrándose en su carrera teatral. Su último papel fue en la serie Batman en 1966.

Pero lo más jugoso de Tallulah sigue siendo su deliciosa lengua de víbora y las perlas que nos regaló, en una ocasión en que un periodista le preguntó que habría sido de no ser actriz ella respondió “dudaba entre madre superiora, puta y presidente de los Estados Unidos. ¡Espero que pongas en tu libreta que habría hecho de maravilla las tres cosas!”. En otra ocasión un doctor le recomendó para superar su alcoholismo que tomara una manzana cada vez que sintiera la necesidad de agarrar la botella, a lo que Tallulah respondió: "¡Pero doctor!, ¿sesenta manzanas al día?". También son multitud las anécdotas que forman la mitología de la estrella, en una fiesta a la que acudió como invitado Truman Capote propuso que todos los invitados se bañaran en la piscina. Ella apareció vestida sólo con sus perlas, decía que lo hacía para demostrar que era una rubia natural. Solía acudir a los rodajes de sus películas sin ropa interior, lo que generaba gran alborozo. En el rodaje de Náufragos el equipo se quejó del desmesurado exhibicionismo de Tallulah, a quien le gustaba dejar ver lo que escondía bajo la falda. Hitchcock, con su iniguable flema británica repuso no poder resolverlo porque no sabía a qué departamento acudir, vestuario o peluquería. Entre los muchos amantes de Tallulah hay hombres y mujeres de todos los credos y razas, entre ellos Marlon Brando, Mercedes de Acosta, la más conocida de las amantes de las estrellas, quien también compartió lecho con Greta Garbo y Marlene Dietrich, también tuvo una relación con una actriz más joven, la bella Lizabeth Scott, que inspiró la que mantienen Ann Baxter y Bette Davis en Eva al desnudo. Tenía fijación por las mujeres negras, tuvo un romance con Hattie McDaniel, la inolvidable Mammy de Lo Que El Viento Se Llevó (Gone With The Wind, 1939), primera actriz negra en ganar un Oscar y con la genial cantante Billie Holiday (repasar el capítulo de Billie en Diciembre de 2007).


Perdió grandes papeles de Hollywood debido a sus adicciones, es el caso de Encuentro en la Noche (Clash by Night, 1952) que en su adaptación al cine por Fritz Lang contó con Barbara Stanwyck para el papel principal pese a que Tallulah lo había interpretado en Broadway. Tampoco consiguió el papel de la versión cinematográfica de Eva al Desnudo (All About Eve, 1950) de Joseph L. Mankiewicz, pese a haber bordado el papel en la versión teatral. En este caso el papel fue a manos de la genial Bette Davis, una de sus mayores rivales. Bette también le "robó" el papel de La Loba (The Little Foxes , 1941) de William Wyler. Refiriéndose a ella dijo: "no creais que no se quién ha estado contando cotilleos sobre mí... después de todas las cosas buenas que he hecho por esa arpía, ¡cuando la coja, voy a arrancarle cada pelo de su bigote!". Independientemente de su escandalosa vida privada, o tal vez gracias a ella, Tallulah fue un personaje muy popular. De hecho existe un pueblo en Luisiana llamado Tallulah porque en los años 30 ella pasó una noche allí. Su último e involuntario legado, fue inspirar uno de los personajes más bizarros y demoníacos de la animación, la Cruella de Vil de 101 Dálmatas. Pero ningún homenaje es suficiente para la mujer que dijo "decid cualquier cosa de mí, mientras no sea aburrida". Lamentablemente debemos recomendar que no inviten a cenar a Tallulah, sobre todo en el caso de aquellos lectores que tengan piscina.

ROY BUCHANAN

Roy Buchanan pasa por ser uno de los mejores y más infravalorados guitarristas del blues. Fue maestro de Robbie Robertson, guitarrista de The Band, e influenció a gente como Jeff Beck o Billy Gibbons de ZZ Top. Buchanan tocó al comienzo de su carrera con Dale Hawkins (autor de Susie Q) y su primo, el genial cantante canadiense de rock'n'roll Ronnie Hawkins, cuya banda The Hawks se convertiría en The Band, allí es donde convenció a Robbie Robertson para que tocase la guitarra en lugar del bajo. En los 70 mantuvo una carrera de notorio anonimato, admirado por muchos profesionales y llegando a ser invitado a unirse a los Rolling Stones, oferta que rechazó. Por todo esto a Buchanan se le considera el mejor guitarrista desconocido de la historia. Parte del aislamiento de Roy del reconocimiento popular tiene que ver con su empeño en alejarse de toda música comercial. De hecho su empeño en no convertirse en un producto hizo que se retirara desde 1980 a 1985, desilusionado por el trato recibido por las compañías discográficas. A mediados de los 80 vuelve a grabar tres discos. Pero el alcoholismo de Buchanan hizo que la historia no tuviera final feliz. Al fin y al cabo esto es un blues, ¿no? En 1988 fue detenido tras una borrachera. Horas después el policía que inspeccionaba las celdas se encontró una desagradable sorpresa, Roy se había colgado en su celda. Un triste final para un artista que sigue sin ser reconocido como merece.

DOS TONTOS MUY TONTOS

Alguna de la gente que pasa por nuestros macabros e histéricos capítulos lo hace por haber tenido un talento o sensibilidad especial, otra por haber sido especialmente bizarra o peculiar, un tercer grupo lo hace por haber muerto, al menos, de forma original. Los dos mequetrefes de los que hablaremos hoy no tienen la suerte de pertenecer a ninguno de esos tres grupos. Hablaremos de ellos porque se han muerto hace poco, y no se me ocurre un modo más triste de acabar en estas páginas. El actor Brad Renfo comenzó su carrera como una de las mayores promesas infantiles de Hollywood, participando en El Cliente (The Client, 1994) junto a Susan Sarandon y Tomy Lee Jones y en la película de Bryan Singer Verano de Corrupción (Apt Pupil, 1998). A medida que crecía su fama comenzó a ser arrestado, tanto por conducir borracho como por posesión de drogas. Renfro consiguió mantener una carrera inestable para finalmente morir en Enero de este año de sobredosis de heroína. Estaba en tratamiento de metadona y tenía pendiente de estreno la película The Informers. Muere con 25 años.

El segundo yankee tonto del día es Heath Ledger. Éste murió tan sólo siete días después de su compañero, por sobredosis de barbitúricos. Al principio se barajó que el actor hubiera tomado las pastillas por accidente, lo que nos da una idea de la inteligencia del mismo. El actor se había hecho famoso gracias a su papel de cowboy gay en la popular Brokeback Mountain de Ang Lee. Entre sus últimas extravagancias personales se contaba el ir al metro de Nueva York vestido de pordiosero. En el plano profesional Ledger tenía pendiente de estreno The Dark Knight, última película del gran Christopher Nolan sobre la mitología de Batman, en la que interpreta al Joker. También iba a participar en el último film de Terry Gilliam The Imaginarium of Doctor Parnassus.

BRUNKERT OLA

Hablemos un poco de actualidad, para variar. Y no me refiero al señor Robbie Williams, que ha decidido abandonar su carrera musical para dedicarse al muy respetable oficio de la ufología, en vista de que ya ha avistado varios platillos volantes (no podemos asegurar en qué condiciones estaba en el momento de los avistamientos). Hablaremos por el contrario de Ola Brunkert, batería del grupo sueco más famoso de todos los tiempos, Abba. Brunkert apareció el pasado domingo 16 de Abril degollado en el jardín de su casa de Palma. Aunque todo apunta a que fue un accidente, el hecho de que estuviera pasando por una depresión tras la muerte de su esposa y que apareciera desangrado con un corte limpio en el cuello hacen levantar algunas sospechas. El batería tocó en todos los discos y conciertos que el grupo grabó entre 1976 y principios de los 80. La muerte de este músico nos da la oportunidad de hablar de uno de los grupos más deliciosamente horteras del pop de todos los tiempos. Abba es el grupo que más discos vendió en los 70, gracias a su combinación de pop, disco, buenas composiciones y el atractivo de sus dos cantantes femeninas. Tampoco hacía daño al grupo el morbo añadido de estar formado por dos matrimonios (Agnetha Faltskog y Bjorn Ulvaeus, que se casaron en 1971, y Benny Anderson y Frida Lyngstad, casados en 1978), o el que los mismos acabaran divorciados, en 1978 y 1980, respectivamente.

Abba son lo mejor que ha salido del festival hortera por excelencia, Eurovisión, donde se presentaron dos veces, una en 1973 con el tema Ring Ring y en 1974 con el archiconocido Waterloo, con el que consiguieron ganar el festival y el número uno en multitud de países, así como situarse en las listas de éxitos de EEUU. Desde ahí hasta 1982, año de su separación, cosecharon una interminable lista de éxitos mundiales, grabados en multitud de idiomas para responder a la demanda de su música, hicieron una película y siguen vendiendo tres millones de discos anuales 25 años después de su separación. De hecho la devoción por el grupo es tal que un musical basado en sus éxitos, Mamma Mia, se ha convertido en uno de los más populares de todos los tiempos, y está planificada para 2009 la apertura del museo Abba en Estocolmo. Sus fans van desde Richard Clayderman hasta Sid Vicious, Madonna los samplea y grupos heavies hacen versiones de sus temas. El legado de Abba es sorprendente por su capacidad para superar generaciones y sensibilidades. Tal vez el secreto sea éste: todos tenemos un hortera dentro.







PETER SELLERS

Pensar que un cómico tiene que ser gracioso en su vida cotidiana es como decir que un músico se pasa el día con la guitarra en la mano. Por eso, si decidimos invitar a cenar al sr. Peter Sellers, probablemente el más hilarante humorista de todos los tiempos, es seguro que nos llevaremos una gran decepción. Sellers no era un hombre gracioso en el día a día. Sus biografías hablan de un hombre gris e introvertido, obsesionado por las mujeres, terriblemente celoso, maniático hasta la extenuación, cruel con sus hijos y muy difícil de llevar en el trato. Por eso, si tenemos que identificar a Sellers con uno de sus personajes no sería con el torpe pero entrañable Inspector Clouseau ni con el delicioso hindú Hrundi V. Bakshi de El Guateque (The Party, 1968) sino con el arisco y amargado sr. Hoffman de la genial película Hoffman (1970, incomprensiblemente titulada en España Amor a la Inglesa), uno de los mejores y menos conocidos trabajos del actor. En la película un mediocre ejecutivo de mediana edad obsesionado por la belleza de una joven secretaria de su empresa consigue coaccionarla para tenerla en su apartamento, con el objetivo de que se enamore de él. Sellers mantenía el mismo comportamiento compulsivo con el sexo femenino, y al igual que el personaje era más un ser deprimente e inseguro que el bufón al que acostumbramos a ver en sus películas. Un hombre incapaz de amar sin poseer.

El actor inglés Peter Sellers, hijo de una familia de tradición humorística, comenzó su carrera en el programa radiofónico The Goon Show que contaba con los guiones del genio del surrealismo Spike Milligan (autor de la brillante La Sala de Estar con Cama). En el programa, un claro precedente del show que luego harían en televisión los Monty Python, Peter demostró su tremenda capacidad para emular con su voz a decenas de personajes. El transformismo que Peter demostró en el rompedor programa de radio se convirtió en la marca de identidad del actor, quien dedicó su carrera a perfeccionar su arte del disfraz, realizando papeles diametralmente opuestos con una mímica espectacular. De hecho la capacidad para la falsificación de personajes se convirtió en obsesión para Peter, quien afirmaba que mientras conocía a la perfección cada uno de sus personajes, no sabía quién era él. Se sentía como una cáscara que llenar en cada nueva personificación. Entre papeles estaba perdido, temiendo enfrentarse al espejo.

Uno de los primeros papeles en el cine de Sellers fue en una obra maestra, la comedia de la mítica productora inglesa Ealing El Quinteto de la Muerte (The Ladykillers, 1955). Aunque realizaba un papel secundario, ensombrecido por la genial interpretación de otro transformista como era Alec Guiness, la película sigue siendo de imprescindinle visionado. Por cierto que también actuaba en la cinta Herbert Lom, el inmortal Inspector Jefe Dreyfus, álter ego de Clouseau en la saga de La Pantera Rosa. Otras joyas en las que Peter participó al comienzo de su carrera fueron La Batalla de los Sexos (The Battle of the Sexes, 1959), del experto en comedia Charles Crichton (Un Pez Llamado Wanda) y Un Golpe de Gracia (The Mouse that Roared, 1959), una curiosa comedia dirigida por el maestro de la ciencia ficción Jack Arnold (Tarántula, El Increíble Hombre Menguante) en la que Peter daba muestras de su temprano talento interpretando tres papeles, entre ellos el de una duquesa. Una de las primeras dificultades a las que se tuvo que enfrentar Peter al comienzo de su carrera fue su sobrepeso, que se convirtió en un problema cuando quiso dar el salto al cine fuera del Reino Unido. Peter se sometió a una estricta dieta y se obsesionó con sus problemas de peso. Fue para su primer éxito internacional, The Millionairess (1960), en donde compartía protagonismo con Sophia Loren. Ambos llegaron a grabar un single para promocionar la película, la peculiar Goodness Gracious Me, que se convirtió en un éxito internacional. El actor se obsesionó de tal manera con Sophia que le pidió el divorcio a su primera mujer. El detalle cruel fue que lo hizo delante de sus hijos. Ante tal escena su hija pequeña le preguntó “¿Nos amas aún papá?”, a lo que Sellers, ni corto ni perezoso respondió: “Sí, pero no tanto como a Sophia Loren”. Ni que decir tiene que la Loren nunca correspondió a la fascinación del actor.

En 1962 y 1964 trabaja con el genial Stanley Kubrick, con el que lograría algunos de sus mejores trabajos. Colaboraron primero en Lolita (1962) con un papel atípico para él, como el villano Clare Quilty, un antipático pederasta que utiliza su fama para seducir a Lolita, con el que Peter demostró su valía como actor dramático. Posteriormente en la brillante parodia de la guerra fría ¿Teléfono Rojo?, Volamos Hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1964) en donde Peter interpretaba tres papeles: el capitán Lionel Mandrake, el presidente de los EEUU y el delirante Dr. Strangelove del título original que acaba la película con la desternillante frase "Mein Fuhrer, I can walk!". Por su apabullante interpretación (escúchenlo en versión original y verán como Peter parece tres personas distntas) fue nominado por primera vez al Oscar. De hecho Peter iba a interpretar un papel más, el del teniente del B-52 que porta la bomba nuclear. Finalmente no pudo interpretar el cuarto papel por una lesión en su pierna. La película, en la que aparte de Peter destacaban Sterling Hayden y George C. Scott, ha hecho historia con su humor inteligente y su crítica a la política agresiva de la guerra fría. Algunas de sus frases han pasado a la historia del absurdo como la mítica "caballeros, no pueden pelearse aquí, ésta es la Sala de Guerra". Por cierto que la citada sala de guerra nunca existió, pero la capacidad mitificadora del film fue tal que Ronald Reagan cuando entró por primera vez en la Casa Blanca como presidente preguntó por la famosa sala. Peter Sellers siempre quiso ser recordado por sus espléndidos trabajos junto a Kubrick, pero el cine le reservaba un papel mucho más popular.

La figura del director Blake Edwards quedará para siempre unida a Peter Sellers ya que él le dirigió en la saga de La Pantera Rosa. Curiosamente Peter no fue la primera opción para interpretar al celebérrimo inspector Clouseau. El papel iba a ser para Peter Ustinov, quien se retiró del proyecto a última hora. Así Peter se hizo con el personaje que le proporcionaría la inmortalidad cinematográfica. En La Pantera Rosa (The Pink Panther, 1963), título fundacional de la saga, Peter dibujaría los aspectos básicos del personaje, que luego perfeccionaría en títulos posteriores. Blake Edwards, un gran admirador de los clásicos del cine mudo, era un experto en humor gestual, y fue el maestro que hizo de Peter Sellers el clown perfecto. Hasta entonces Peter destacaba por su capacidad a la hora de imitar voces, pero con Edwards se convierte en un mago de los gestos, bordando el papel del torpe inspector. La Pantera Rosa tiene además la cualidad de enfrentar a Sellers con su mejor pareja cinematográfica, el elegante David Niven, con el que volvería a coincidir en otras cuatro películas. El éxito de la película propició la creación de los célebres dibujos de la pantera rosa y la segunda parte de la saga, El nuevo caso del Inspector Clouseau (A Shot In The Dark, 1964), que se centraba totalmente en la figura de Clouseau. En el film, una de las mejores comedias de todos los tiempos, Sellers le añadía a su personaje el acento francés, y además incorporaba a la némesis del inspector, el Inspector Jefe Dreyfus y al mayordomo oriental Cato. En 1968 Edwards y Sellers volverían a hacer historia con la inmortal El Guateque (The Party), en la que Sellers volvía hacer gala de su humor visual en uno de sus papeles más recordados, el hindú Hrundi V. Bakshi. En 1975, probablemente necesitados de fondos, Edwards y Sellers retoman a Clouseau en una de las mejores películas de la saga, El Regreso de la Pantera Rosa (The Return of The Pink Panther) donde Christopher Plummer sustituía a David Niven en el papel de El Fantasma. Ante el éxito de la continuación en 1976 hacen una de las peores películas de la carrera de Peter, La Pantera Rosa Ataca de Nuevo (The Pink Panther Strikes Again), para retomar después la calidad del conjunto con La Venganza de La Pantera Rosa (Revenge of The Pink Panther, 1978). Tras morir Peter, Edwards hace la terrible Tras la Pista de La Pantera Rosa (Trail of The Pink Panther, 1982) con escenas eliminadas de otras películas. Todavía sería capaz de rodar dos cintas más sin Sellers, que aparte de otras dos cintas de el Inspector Clouseau rodadas por otros directores, forman las diez películas de la saga. Ninguno de los sustitutos de Sellers: ni Roger Moore, ni Alan Arkin, ni Steve Martin, ni mucho menos Roberto Begnini, le llegaron a la suela de los zapatos a Peter.

A medida que aumentaba la popularidad de Peter más excesivos se volvían su vicios. Su amistad con Roman Polansky, Sharon Tate, Blake Ewards y Ursula Andrews, sus cuatro matrimonios y su romance con la princesa Margarita pasaron en un mundo de jets privados, yates y el consumo todo tipo de sustancias. También fue íntimo amigo de los Beatles, de hecho llegó a grabar un disco de temas de los Fab Four, del que hemos rescatado su versión del She Loves You cantada por el Dr. Strangelove, y también hizo una delirante película junto a Ringo Starr, Si Quieres Ser Millonario No Malgastes el Tiempo Trabajando (The Magic Christian, 1968) en la que también participaban Raquel Welch y Christopher Lee (!). Peter tenía que pagar las facturas de sus vicios e hizo muchas películas mediocres en los años 70. Entre lo mejor de la década podemos destacar la divertidísima Un Cadáver a los Postres (Murder By Death, 1976) y la citada Hoffman (1970), una sus obras maestras. También tuvo algunos proyectos fallidos. Iba a rodar Bésame Tonto (Kiss Me, Stupid, 1964) con Billy Wilder, pero su estilo libre muy dado a la improvisación hizo que el director alemán lo sustituyera por el mediocre Ray Walston. Es una pena no haber podido ver en la misma cinta a Sellers y Dean Martin. También se lamentó de no haber participado en la primera versión de Los Productores (The Producers, 1968). Su director, Mel Brooks, estuvo detrás de Peter para que interpretara el papel protagonista, que al final fue a manos del insoportable Zero Mostel.


De sus cuatro matrimonios destaca el de la actriz sueca Britt Ekland. Sellers tuvo una actitud cruel hacia su familia. Dejó morir sóla a su madre en un hospital porque estaba trabajando, dejó sin herencia a sus hijos a los que regaló una infancia llena de anécdotas traumatizantes como cuando rompió todos los juguetes de su hijo porque éste rayó su deportivo. La vida de excesos que vivía le costó sufrir ocho infartos consecutivos en 1964, tras los cuales fue declarado clínicamente muerto. Aunque se le reanimó a tiempo, Peter quedó obsesionado con la idea de la muerte. Dijo haber experimentado como salía de su cuerpo y cómo una luz lo atraía. Dicha experiencia le produjo un acercamiento a una vida más espiritual durante un tiempo. Empezó a familiarizarse con creencias como la reencarnación, a interesarse por el cristianismo, a practicar y a ser asiduo cliente de espiritistas, pese a que nunca abandonó la logia masónica a la que pertenecía. Peter se declaró firme creyente del espiritismo, que se convirtió en una de sus mayores obsesiones. Pese a todo, la frustración que le produjo no poder alcanzar la paz interior que buscaba hizo que pronto volviera a su vida de excesos.
Su última gran película, Bienvenido Mr. Chance (Being There, 1979) parte de su obsesión por la muerte y la reencarnación. Peter produjo el film, y realizó una de las mejores interpretaciones de la historia del cine. La película es una maravilla cinematográfica que nadie debería pasar sin ver, un canto a la vida y un estudio sobre la muerte, lleno de momentos hilarantes (como la escena de sexo con Shirley McLaine) pero también de reflexiones sensibles y profundas. Peter estuvo nominado al Oscar por segunda vez por su papel de Chance (para el que se inspiró en Stan Laurel), pero de nuevo encontró el rechazo de la Academia. No ganar este premio frustró a Peter, quien acabó muriendo de un ataque al corazón en Julio de 1980. Tenía 54 años y a pesar de sus muchas contradicciones personales nos había legado una vida dedicada a hacer reír a otros.

Pero hay un dato más que añadir a la biografía del actor. Peter Sellers no murió realmente en 1984. Peter Sellers murió al poco tiempo de nacer en los años 20. Era hijo de una pareja de vodevil que había puesto grandes esperanzas en que su retoño se convirtiera en el mejor actor de todos los tiempos. Pronto tendrían otro niño, Richard Henri Sellers. Richard seguiría la carrera que tendría que haber acometido su hermano y se convertiría en el mejor actor cómico de todos los tiempos. Para su carrera adaptaría el nombre de su hermano muerto. Así nació la leyenda de Peter Sellers, un hombre que desde su origen ya estaba reemplazando a alguien, que ya estaba interpretando un papel y que dijo de sí mismo "hubo un yo detrás de la máscara, pero me lo extirpé con cirujía". En su búsqueda de la representación idéntica de otros, este camaleón humano perdió su propia identidad. Y sólo quedó la cáscara.




ROCK'N'ROLL EN EL MANICOMIO

Fue Napoleón quien dijo que nada estaba más lejos de la genialidad que la cordura. Y algunos honorables miembros de la industria musical se tomaron a raja tabla la cita. Hoy hablaremos de dos músicos que pasaron por el manicomio, muy a su pesar. El primer caso es el de Rocky Erickson, fundador y líder de uno de los grupos claves de la era psicodélica en el San Francisco de los años 60, y con nombre más rebuscado: 13th Floor Elevators (Los Ascensores del Decimotercer Piso). Erickson era un apasionado del culto masónico de los Illuminati que tomaba mucho LSD y en medio de sus viajes de ácido y lecturas de Nietzsche y Crowley fundó el grupo por el que sería recordado. Su tema más famoso, You're Gonna Miss Me, sólo llegaría al número 55 de las listas de éxito, pero le daría al grupo el status de banda de culto. Los 13th Floor Elevators habían elegido erigirse en guerrilla musical antes que producto de éxito. En sus dos discos publicados a finales de los 60 podemos encontrar algunos de los temas más originales de la era psicodélica.

Erickson casi no participó en el tercer y último disco del grupo. Fue detenido en 1969 por fumar marihuana, enfrentándose a una pena de diez años de cárcel. Ante el riesgo de la cárcel al bueno de Rocky no se le ocurrió mejor salida que decir que era un extraterrestre, consiguiendo que se le declarase mentalmente incapaz. La consecuencia fue pasar tres años y medio en un psiquiátrico donde se convirtió en un vegetal gracias a una tortura de electroshocks y thorazina que acabaron por derrumbar el ya de por sí frágil estado mental del artista. Al salir del manicomio era un zombie que sólo hablaba de vampiros, alienígenas y conspiraciones en frases inconexas. Actualmente Rocky ha vuelto a actuar y poco a poco vuelve a ser la sombra del hombre que una vez fue.

El otro músico que tuvo que usar la camisa de fuerza del que hablaremos hoy es Peter Green. Peter Greenbaum (su verdadero nombre) es uno de los músicos más importantes e influyentes del siglo XX. Normalmente cuando se hace una de esas listas con los mejores guitarristas de todos los tiempos, Peter aparece en segunda posición (después del inevitable Hendrix). Green era un niño judío que tuvo que vivir en primera persona la discriminación y el aislamiento, y enfocó toda su frustración a perfeccionar el arte de su música. En los años 60 se hizo un hueco sustituyendo al "Dios" Eric Clapton como guitarrista en la banda-escuela de los Bluesbreakers de John Mayall, pionero del r'n'b británico. Pronto Green se hizo un nombre y fundó junto a otros desertores de la banda de los Bluesbreakers la banda que le daría éxito y locura, Fleetwood Mac. Con el grupo Green alcanzaría fama internacional a su marca de fábrica de guitarrista donde la máxima "menos es más" cobraba otro sentido. Lo que otros contaban en una canción Green lo narraba en una de sus notas cadentes. Reconocidos bluesman reconocían en Green al heredero de su legado, un blanco que podía tocar el blues con el sentimiento de un negro. Parte de sus frustraciones infantiles, unidas a su experimentación con las drogas y la terrible contradicción que le producía tener que seguir el juego comercial de las compañías discográficas hicieron mella en el estilo de Green, pero también lo hicieron en su mente que acabó trastornada en el transcurso del juego.

Antes Green nos había regalado una evolución musical impresionante, desde su primer disco de blues hasta el último que grabó con el grupo, el fabuloso Then Play On (1969), uno de los mejores discos de la historia del rock, clave en la evolución del género, pasando por algunos maravillosos singles como el etéreo tema instrumental Albatross o el blues con toques latinos Black Magic Woman, que populizaría Santana en los 70. Para cuando grabó su tema rock Green Malashi el guitarrista vivía en su propio mundo, aparecía en sus actuaciones vestido de monje encapuchado y, renegando del judaísmo, seguía una mezcla de cristianismo y budismo, Green entra en trance en Alemania donde, hasta las cejas de LSD, decide unirse a una comuna y dejarlo todo. Aunque le convencen para que no lo haga, en una pesadilla un perro verde le dice que todos sus problemas tienen que ver con el dinero, razón por la que escribe la popular canción Green Malashi, antecedente claro del heavy metal. Green regala todo su dinero y sus guitarras, deja su grupo y comienza su etapa más oscura, malviviendo en la calle y alternando periodos de lucidez con violentos ataques y alucinaciones. Es ingresado en un hospital y pasan unos años sin que se sepa nada de él. En 1977 vuelve a ser internado tras amenazar con matar a su agente, quien había congelado su cuenta. Mientras Green se hundía en la esquizofrenia, su grupo, Fleetwood Mac, menos escrupulosos a la hora de venderse a la industria musical conseguían con su disco Rumours uno de los discos más vendidos de la historia. Pero Green retornaría de su viaje a la nada gracias a empezar a grabar en pequeñas discográficas donde no se ejercía presión sobre su música y a la ayuda de su nuevo matrimonio. En los 80 vuelven los rumores de que se ha visto a Green durmiendo a la intemperie, mientras un falso Peter Green intentaba grabar con ese nombre aprovechando la desaparición del original. Mientras, Green se había confinado en su casa, pasando el día viendo la televisión y saliendo sólo para pescar. En los 90 vuelve a encontrar ilusión de hacer música y ofrece actuaciones con su nueva banda de blues, el Splinter Group. Actualmente Green parece haber vuelto a la actividad y mantiene un ritmo de actuaciones y discos que hacen pensar que la vuelta del músico es definitiva. Crucemos los dedos para que no se crucen más perros verdes en sus sueños.







LA FAMILIA MANSON

La historia que vamos a contar hoy es una de las más terroríficas de la cultura popular del siglo XX. La historia de un terrible asesinato. La crónica del magnetismo de un asesino, que atrajo a un grupo de jóvenes a su alrededor y les indujo a cometer un terrible crimen. Es el relato de un suceso que cambió la dirección de la cultura popular. La víctima fue Sharon Tate, una actriz casada con el director Roman Polanski que había destacado en películas como El Valle de las Muñecas (Valley of the Dolls, 1967) y El Baile de los Vampiros (Dance of the Vampires, 1967), del propio Polanski. Sharon fue salvajemente asesinada el 8 de Agosto de 1969, estando embarazada de 8 meses. Dos acólitas de la familia Manson le cortaron los pechos y la dejaron desangrarse. Además de a Sharon los miembros de la llamada Familia Manson asesinaron a otras tres personas, invitados en casa de Tate, el 10050 de Cielo Drivey. Dicha casa, que portaría una siniestra leyenda, es la misma donde Polanski filmó su popular cinta de terror satánico La Semilla del Diablo (Rosemary's Baby, 1968). Polanski se había puesto en contacto con Anton LaVey (fundador de la Iglesia de Satán, ver capítulo de Jayne Mansfield en Diciembre de 2007) para documentarse sobre el culto a lo satánico. Una de las teorías del asesinato de Tate defiende que la Familia Manson se cebó en la mujer de Polanski porque su líder, Charles Manson, consideraba que la película desvelaba aspectos secretos de su culto.


Charles Manson, el terrible protagonista de esta historia, había vivido una infancia muy dura, entre ingresos en prisión y fugas desde los 14 años. Robos, agresiones y violaciones homosexuales formaban parte de su historial. Cuando tenía 32 años llevaba 17 en prisión. Durante el tiempo que pasó en prisión se aficionó al esoterismo y fundió ideas budistas con una reinterpretación de la Biblia para elaborar su propia filosofía. Su integración en la comunidad hippie californiana en los 60 hizo que pronto Manson tuviera seguidores, hambrientos un nuevo gurú que les guiara. No fue difícil que la filosofía esotérica y lisérgica de Manson, que por aquel entonces se autodenominaba el Anticristo, encontrara acólitos en California, llena de hippies drogados con tendencia al orientalismo puesto de moda por the Beatles. Pronto el grupo de Manson, rebautizado como la Familia, se dedicó a recorrer la costa en un autobús, promoviendo el amor libre y el ecologismo. Mientras la fama de la Familia fue creciendo, ricos y famosos comenzaron a acercarse al grupo. Fue el caso del batería de los Beach Boys, Dennis Wilson, en cuya casa el grupo de Manson se alojó un tiempo, llegando a agotar la paciencia del beach boy, que andaba bastante perdido en aquella época. Wilson le prometió a Manson, que quería ser músico, publicar su disco. Finalmente no llegó a publicarlo, e incluso Wilson plagió un tema de Manson en el disco 20/20 de los Beach Boys, en concreto la canción Never Learn Not to Love. A medida que las frustraciones de Manson iban creciendo, más se acentuaba la violencia que inculcaba a sus pupilos. En una ocasión Manson le corta la oreja a un traficante y deja que los miembros de la Familia acaben con él. El compositor Bobby Beausoleil (al que nombramos en el capítulo de Kenneth Anger, en Febrero de 2008) fue detenido por esta ejecución. Poco después organiza el asesinato de todo el que estuviera en el 10050 de Cielo Drivey, para lo que envía a cuatro miembros de la familia, tres de ellos mujeres. Hay que decir que Manson es el inductor a los crímenes, ya que nunca se pudo probar que él matase directamente a nadie. Poco después ordena el asesinato del matrimonio La Bianca para extender el rumor de que los sangrientos asesinatos eran cometidos por negros radicales.


El plan de Manson era tremendamente ridículo. Convencido de la degeneración que los negros estaban provocando en la raza blanca, Manson pretendía provocar una guerra racial. Para ello llenó la escena del crimen de Sharon Tate de símbolos de los Panteras Negras (seguidores izquierdistas de la figura del violento Malcolm X), pintando con la sangre de las víctimas en las paredes la palabra cerdos. El plan de Manson era que el descubrimiento de semejante crimen provocase una guerra civil en EEUU entre negros y blancos, de la que los negros saldrían vencedores. Mientras tanto Manson se encerraría en un fantástico mundo subterráneo con sus seguidores y se pondrían a procrear como locos, ocultos en las cavernas. Con la nueva generación de guerreros blancos que "producirían" acabarían por salir a la superficie, venciendo a los negros y restaurando el poder blanco, con Charles Manson como Rey del mundo. Tan rocambolesco plan, sin duda motivado por la ingente cantidad de drogas alucinógenas que se consumía en la época, fue un rotundo fracaso. Manson y el resto de miembros de la familia fueron detenidos. En 1970 graba un disco para poder financiar su defensa. En 1971 es condenado a cadena perpetua, tras serle conmutada la pena capital. Manson sigue cumpliendo su condena en Ohio, todas sus solicitudes de libertad condicional han sido denegadas.

Manson estaba convencido de que el disco The Beatles, también conocido como al álbum blanco, estaba lleno de mensajes que le indicaban lo que tenía que hacer. De hecho se obsesionó por la canción de Paul McCartney Helter Skelter, bautizando con ese nombre a su ansiado apocalipsis. Manson decía mantener correspondencia con los Beatles, quienes supuestamente le invitaron a formar parte del grupo y le mandaban mensajes cifrados en los que le decían como llevar a cabo su siniestro plan. La influencia de la figura de Manson fue devastadora para la cultura de los años 70. Todo lo que antes había sido visto como un exotismo curioso y divertido en los alegres 60 (las tendencias orientales, el paganismo, la apertura de creencias y la experimentación) se convirtió en oscuro y negativo en los 70, gracias a la manipulación de los medios de comunicación que vieron en el caso Manson la oportunidad de sacar carnaza. Gracias al descerebrado de Manson comenzó la moda de considerar al rock satánico, de buscar mensajes ocultos en los discos, de negar la libertad de creencias y de estigmatizar todo aquello que saliera de lo establecido. Una era conservadora, encarnada por el más siniestro si cabe Richard Nixon, se cernía sobre los EEUU. Con los años Manson ha adquirido el estatus de figura de culto; numerosas entrevistas, incontables libros y la reedición de su disco han fomentado su infame leyenda. Para colmo el pelmazo de Marilyn Manson decidió bautizarse utilizando el apellido de tan dudoso modelo. Lamentable.




JACO PASTORIUS

Cuando se habla de Jaco Pastorius se le suelen añadir apodos tales como "el Jimi Hendrix del bajo" o "el mejor bajista de la historia". Es complicado decir quién es el mejor intérprete de un instrumento pues siempre nos quedaremos en apreciaciones subjetivas que mostraran nuestra particular sensibilidad. ¿Cómo decir que Jaco es el mejor bajista en un género, el Jazz, donde brillan intérpretes como Charlie Mingus, Scott LaFaro o Ron Carter? En el Rock podemos encontrar también algunos ejemplos que harían cuestionarse el reinado Pastorius, es el caso del genial Jack Bruce (Cream), del imaginativo John Entwistle (The Who), e incluso de John Paul Jones (Led Zeppelin) o Tim Bogert (Cactus). Todos ellos eran intérpretes brillantes que supieron dotar a un instrumento generalmente infravalorado una voz peculiar. Pero ninguno supo poner al bajo como voz protagonista de la música, tal y como hizo Pastorius. La revolución de Jaco fue dar al bajo eléctrico un sonido que nunca antes había tenido, llevarlo a otra dimensión. Y la influencia de su música se vive hoy en cada nota que escuchamos. Pastorius comenzó tocando con los C.C.Riders de Wayne Cochran (del que hablamos en el capítulo de los Cantantes Predicadores en Diciembre de 2007), para pasar luego a la formación puntera del Jazz Fusión en los años 70, Weather Report, con ellos grabaría el popular Birdland, del que luego hicieron una versón vocal Manhattan Transfer. La mayoría de las grabaciones de Jaco se pueden encontrar en discos de otros artistas, estando entre ellos la cantautora folk Joni Mitchell que era una de las mejores amigas del bajista.

La mayoría de los trabajos del artista en solitario se encuentran en bootlegs piratas, con la excepción de dos discos de estudio, su disco homónimo de 1976 que es uno de los mejores LP's de la historia del Jazz, y el inferior pero brillante Word Of Mouth (1981) en el que Jaco alternó un estilo más experimental con su pasión por el sonido de las big bands. Para entonces Jaco estaba quemado, superado por su propio legado, hundido en las drogas, el alcohol y el ego desmesurado. Su abuso a los psicotrópicos inestabilizaron la frágil mente de Jaco, quien empezó a protagonizar todo tipo de episodios paranoicos. En los 80 Jaco vagaba por las calles con un aspecto irreconocible, alimentando su alcoholismo gracias a "generosos" anónimos que presumían de haber bebido con la leyenda del jazz. Hundido en el abismo Jaco intentaba entrar en los clubs para conseguir sus dosis, se había convertido en un vagabundo. Muchos clubs le echaban a patadas. Y en uno de ellos encontró al muerte, cuando tras negársele la entrada rompió un cristal intentando entrar y recibió una brutal paliza de un matón. Jaco quedó en coma por los múltiples daños cerebrales tras la brutal pelea. Jaco murió diez días después en un hospital. Su asesino sólo cumplió cuatro meses de prisíón.



SCREAMIN' JAY HAWKINS

Screamin' Jay Hawkins pasa por ser uno de los bluesman más originales de la historia. El apodo de screamin' (gritón) no es casual, sus canciones están llenas de chillidos y terror. Como fundador de lo que se conoce como Shock Rock, su discografía está llena de temas referidos al voodoo, el demonio y diversos rituales entre el terror y la parodia. Este Vincent Price de la música negra, al contrario que la mayoría de los artistas del blues, nunca se tomó a sí mismo demasiado en serio. En sus actuaciones salía en ataúdes en llamas, vestido como un vampiro y rodeado de calaveras y demás ritual gótico. Y lo hacía en los años 50, siendo todo un pionero de esa parafernalia sobre el escenario, pirotécnica y espectacular, que luego seguirían y perfeccionarían músicos como Arthur Brown, Alice Cooper y Kiss. Según la leyenda fue criado por una india después de ser abandonado por su padre, y ésta le introdujo en el mundo de la magia. Además de su potente y extravagante voz, y de su imaginación tanto a la hora de la escenografía de sus shows como en sus originales composiciones, a Screamin' Jay Hawkins le debemos una de las mejores canciones de todos los tiempos, I Put A Spell On You (Te he Hechizado). El tema, de 1956, tiene una fuerza inusual y una desesperación que hizo historia de la música. De hecho ha sido versioneado por, agárrense, Nina Simone, The Animals, Manfred Mann, Bryan Ferry, David Bowie, The Who, Creedence Clearwater Revival, Diamanda Galás, Them... Hawkins nunca logró superar su obra maestra, pero siguió grabando y actuando hasta su muerte en Febrero de 2000. Con el tiempo el músico fue recuperado por una legión de fans que reconocieron su legado, entre los que se encuentran Tom Waits y Captain Beefheart. Incluso participó en las películas Mistery Train (1989) de Jim Jarmusch y Perdita Durango (1997) de Álex de la Iglesia. Hawkins pasó sus últimos años en París ya que decía odiar EEUU por el hecho de ser negro y por el trato que se daba a su gente en su país de origen. Tras su muerte, y a raíz de la noticia de que su cuantiosa fortuna se debía distribuir entre los muchos hijos desconocidos del cantante, le aparecieron muchos herederos. Se siguen buscando hijos ilegítimos del autor, por ahora se ha localizado a 75 bastardos reconocidos en lugares tan dispares como México, Finlandia, Inglaterra, Yugoslavia, Australia y Corea. En sus manos queda decidir si invitan a Hawkins a cenar. No creo que él encuentre demasiado difícil volver del otro mundo para el ágape, aunque probablemente lo haga acompañado de su flamígera parafernalia y, lo que es más grave, de una legión de hijos hambrientos. Así que llenen la nevera.