THE MONKEES

A comienzos de los años 60, y en pleno reinado del sonido Motown y los grupos de chicas de Phil Spector, una invasión llegó hasta las listas británicas. Se llamaba Beatlemania, y se consideró una de las mayores revoluciones musicales de la era. Pronto los americanos comenzaron a copiar la idea y surgieron multitud de grupos que trataban de emular el ansiado sonido beatle, entre ellos The Byrds, Paul Revere & The Raiders, The Merry Go Round, The Buckinghams, The Lovin' Spoonful o The Beau Brummels simbolizaron la resistencia americana frente a la nueva invasión británica, esta vez musical, liderada por The Beatles, The Rolling Stones, The Animals y The Hollies. Pero si un grupo americano de la era simboliza la desmedida intención de copiar a los Fab Four estos son The Monkees. La idea del grupo surge del productor Don Kirschner, quien tras ver el éxito del grupo británico, decide crear unos Beatles a la medida del público norteamericano. Para ello pone un anuncio en el periódico invitando a jóvenes a aparecer en una futura serie de televisión, y multitud de jóvenes acuden a la llamada (entre los rechazados estaban el futuro líder de Three Dog Night y el gran Stephen Stills, de Buffalo Springfield y Crosby, Stills & Nash, ¡hasta Nilsson estaba entre los candidatos!). Los elegidos serían Micky Dolenz, el británico Davy Jones, Mike Nesmith y Peter Tork, dos de ellos actores sin ninguna experiencia musical. Esto haría que se utilizara a músicos de sesión para sus dos primeros discos. El hecho de que el grupo contara con el apoyo de grandes compositores como Neil Diamond, Carole King o Gerry Goffin hizo que publicaran algunas joyas pop como I'm A Believer, Last Train To Clarksville o Daydream Believer.

La serie televisiva de los Monkees se emitió entre 1966 y 1968, alcanzando grandes cotas de audiencia y convirtiendo al grupo en un fenómeno de masas. Pese al éxito de público, el grupo nunca se pudo quitar su imagen de producto prefabricado a los ojos de la severa crítica musical. Varios discos destacables, y la película Head, fueron el legado musical de la banda. Pese a que el grupo ya era realmente eso, un grupo, que tocaba sus propias canciones, el éxito les había dado la espalda y los miembros comenzaron a editar discos en solitario, destacando la carrera en solitario de Michael Nesmith. Pese a que, vistos en perspectiva, los Monkees son una de las bandas más divertidas del pop de los 60 (reinvicados entre otros por Frank Zappa y John Lennon), y que muchas de sus canciones son capítulos imprescindibles de la era, debemos negarles la invitación por haber comenzado esa moda tan desagradable de los músicos falsos, que continuó con engendros como The Archies (los dibujos animados que cantaban Sugar Sugar, creados como los Monkees por el productor Don Kirschner) o Milli Vanilli (quienes ni siquiera ponían la voz).






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