COLIN CLIVE

El actor Colin Clive nació en Francia en 1900, y murió con sólo 37 años aquejado de tuberculosis y de un alcoholismo crónico. En su breve carrera cinematográfica pudo inmortalizar a un personaje, el Doctor Frankenstein, interpretándolo en dos maravillas cinematográficas dirigidas por James Whale: Frankenstein (Doctor Frankenstein, 1931) y La Novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935). Colin encarnaba un papel complejo para la época, un científico que en su infinita arrogancia osaba desafiar a Dios. De hecho la película encontró un fuerte rechazo por parte de los sectores más conservadores de la iglesia católica. Se formaron piquetes y protestas en frente de algunos cines en contra de la proyección de la película. La razón de las iras eclesiásticas era, por encima de todo, una frase que Colin Clive gritaba después de insuflar vida en la criatura: "¡ahora se que el hombre puede ser Dios!". Los estudios Universal, temerosos de las críticas, decidieron hacer menos audible esa frase haciendo que sonara un trueno mientras Colin la citaba. En España la censura fue menos sutil y se puede ver en la versión doblada cómo Colin abre la boca sin emitir palabra, posiblemente enmudecido por su reciente descubrimiento. Pese a que la película tenía un final que hoy día puede parecer conservador, con un Dr. Frankenstein lamentando haber desafiado las leyes divinas y la criatura consumida entre llamas, debemos tener en cuenta que en aquella época siquiera poder plantear ese tema ya era algo revolucionario.De todos modos el grito más famoso salido de la boca de Clive es el estremecedor: "It's Alive! It's Alive!" de Colin tras sus creaciones. El compañero de reparto de Colin, y la verdadera estrella de la película, era el inmortal Boris Karloff, en el papel del monstruo de Frankenstein. No deja de ser curioso presentar a ambos actores / personajes y sus diferencias. Mientras que el Doctor Frankenstein era un científico culto empeñado en superar sus límites, Colin Clive era un hombre atormentado, consumido por el alcoholismo, violento y hosco, de hecho Clive dotó al personaje de buena parte de sus contradicciones. Por otro lado la criatura, uno de los monstruos más tiernos del cine, era un ser irracional y emocional, llevado por su falta de raciocinio a cometer terribles crímenes, mientras que Boris Karloff era un hombre culto, tremendamente elegante y educado, todo un caballero. Una de las mayores cualidades del film es ver el contraste entre estos dos personajes, y que en la realidad el monstruo no era precisamente la criatura. Podemos ver en la interpretación de Clive su lucha interna contra los demonios que lo consumían, particularmente en La Novia de Frankenstein, donde su alcoholismo era más acusado. Durante el rodaje de dicho film Clive estuvo bajo vigilancia para no beber, e interrumpió el rodaje en varias ocasiones con episodios de histeria. Moriría dos años después.

Posteriores acercamientos a la figura del personaje acentuarían el aspecto diabólico del Dr. Frankenstein. La productora inglesa Hammer produjo en los años 60 una serie de films de terror que adaptaban los viejos mitos de la Universal, cargándolos de color, erotismo y hemoglobina. Terence Fisher, el mejor director de la Hammer, realizó en 1967 Frankenstein Creó a la Mujer (Frankenstein Created Woman), cuarta película sobre el mito realizada por la productora inglesa. En este excepcional film ya no era necesaria la aparición de la criatura. El monstruo era el propio doctor, maravillosamente representado por las facciones huesudas de Peter Cushing, consumido por su (irónicamente) irracional obsesión. Lo que demuestra el motivo de este blog, o lo que decía Napoleón: "no hay nada más alejado de la genialidad que la cordura".

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